El libro de Nobac

Imagen de Patapalo

Reseña de esta novela de Federico Fernández Giordano, galardonada con el Premio Minotauro 2008

Éste es un libro difícil de digerir. Hasta que no me leí las últimas páginas estaba convencido de que lo iba a despellejar con cierta indignación, y ahora, que ya lo he terminado, no puedo dejar de admitir, perplejo, que lo considero un buen libro. ¿Cómo ha conseguido esto el autor con un final que se ve venir desde la mitad de la narración? Pues es algo complicado de explicar.

 

El libro de Nobac nos plantea una historia de fantasía que, para cualquiera que se haya leído el resumen de la contraportada, no resultará especialmente sorprendente. Tenemos una investigación en torno a un extraño libro que nos va revelando cosas sobre los protagonistas o responsables del mismo. La trama en sí es muy sencilla, y su desarrollo de sota, caballo y rey. Desde luego, no es esto lo que hace especial a la novela. Ese elemento queda en las bambalinas, en lo metaliterario, y es más bien escurridizo.

 

Éste es un libro que habla de libros, de escribir libros y de qué transmiten y suponen los libros, pero sin decirlo abiertamente. Los personajes son los que nos conducen a través de este juego, de libro en libro. Y es al final cuando las piezas encajan y esta especie de trabalenguas que me está saliendo adquiere algún sentido.

 

El lenguaje engolado y artificioso del autor no ayuda a entrar en la historia ni a darle la complicidad que, a priori, un lector necesita para sumergirse en la trama y, al mismo tiempo, desentrañar las incógnitas planteadas en segundo plano. Esto es algo problemático, pues el primer plano sabrá a poco en la mayoría de los casos. Lo que ya no tengo tan claro es que no sea también algo premeditado.

 

A lo largo de su lectura pensé que Federico Fernández Giordano caía en la tentación de muchos escritores noveles de hacer alardes innecesarios -y contraproducentes- de vocabulario. El lenguaje tiene que servir para transmitir, no para “lucirse”. Al mismo tiempo, terminada la lectura, estoy convencido de haberme quedado en el punto exacto en que el autor había pretendido dejarme, por lo que no dejo de preguntarme si la prosa en sí estaba dispuesta así conscientemente o sencillamente el concepto del libro se ha impuesto a la forma.

 

Es difícil de saber. Como ya comentaba al principio de la reseña, el libro es difícil de digerir, y complicado explicar por qué. Supongo que nos podemos contentar con algunas claves: una doble lectura que va más allá de los guiños obvios de primera línea y un desarrollo que más que hacer literatura en sí pretende reflexionar sobre la literatura... si es que se puede hacer una cosa sin la otra.

 

Autor

 

Federico Fernández nace en Uruguay pero reside en Barcelona desde edad muy temprana y desde 1995 trabaja como colaborador editorial. Nacido en el seno de una familia de escritores y artistas, muy pronto trabó contacto con la literatura y la música. Con el correr del tiempo desarrollaría una multifacética a la par que obsesiva actividad creativa bajo la tutela de escritores como Poe, Borges o Lovecraft en las letras, e integrando estrepitosas y malogradas formaciones musicales de blues, rock y heavy-metal como guitarrista, vocalista y compositor.

 

Ha practicado casi todos los géneros literarios, desde el cuento fantástico al policiaco, así como el ensayo, y hasta la fecha es autor de tres novelas. Recientemente ha publicado Los Justos (2007), que fue galardonada con el I Premio de Novela El Andén Express.

 

También es un cáustico y prolífico articulista en diversos blogs y espacios culturales de Internet, así como crítico musical. Durante un breve período colaboró como crítico literario en la desaparecida revista Lateral. Tras cursar estudios de cine en Barcelona (1998-2000), colaboró como argumentista en la película El último justo (2007), producida por Filmax, Lemmon-Films y Ensueño Films y dirigida por Manuel Carballo.

 

Sinopsis

 

Un escritor y una periodista reciben un extraño encargo de un anciano obsesionado con su autobiografía.

 

Edición

 

El libro de Nobac

Federico Fernández Giordano

Minotauro, 2008

Cartoné con sobrecubierta

 

Conclusiones

 

Un libro al que se le ha dado un galardón tan prestigioso queda, indefectiblemente, en el punto de mira. Abordar la lectura de El libro de Nobac con prejuicios difícilmente conducirá a nada bueno. No lo hará porque el autor no ha buscado una prosa ágil ni que sumerja al lector en un ritmo sostenido, y prescindiendo de la complicidad primaria, entrar a trapo es más árduo de lo habitual.

 

Del mismo modo, ésta no es una novela de fantasía al uso, ni recurre a los elementos probados para desarrollarse, sino que emprende un camino propio para llevarnos a un final inesperado, no de su trama, sino del conjunto del libro en sí. Desde luego, no se trata de lo que se entiende por un bestseller ni es un libro para todos los públicos, pero, al mismo tiempo, no deja de ser una lectura interesante.

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