Yo, de momento, me asocio

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¿Para qué sirven las asociaciones literarias?

Llevo unos días barajando qué tema pillar para retomar el blog de Edit-ando. La gira de presentación de Pesadillas de un niño que no duerme me ha dado muchas ideas, pero no sabía por cuál empezar. El caso es que la realidad, impertinente, me ha obligado a cambiar de idea antes de tener una decisión tomada: al final, vamos a hablar de asociaciones literarias.

¿Por qué? Porque en lo que llevo de semana he recibido más de media docena de candidaturas para Nocte, cuya presidencia ostento desde hace unos meses, que no son de profesionales, ni de españoles, ni de terror (y alguna, casi, ni de escritores). ¿Por qué, entonces, postulan para la Asociación española de escritores de terror?

Supongo que se dicen "yo, de momento, me asocio, y luego ya veremos". Mala política. Pero habitual en el mundo literario. Del mismo modo que la gente participa en concursos sin leerse las bases y luego llega el llanto (oh, que me han intentado colar una autoedición o esos jueces están vendidos, que no aprecian mi arte) y el rechinar de dientes (del jurado, que se pregunta qué demonios hace una novela romántica en su concurso de microrrelatos de gore y tripas), ven una asociación a tiro y, ¡hala!, a postular. Luego van y te piden una cuota, o te cuentan que los objetivos son dignificar la literatura de terror nacional (¿y a mí qué coño me importa la literatura de terror nacional -española, claro-? pensará algún escritor de ciencia ficción hondureño). Y todos acaban decepcionados.

Como decía aquel, un buen trato es ese en el que las dos partes terminan satisfechas. Una condición indispensable, a menos que nos queramos poner en manos del azar con todas las probabilidades en contra, es informarse de los términos del susodicho trato. Así, cuando penséis postular a una asociación, lo primero que tenéis que averiguar es a qué se dedica y qué papel podríais tener vosotros en ella.

Sonará a perogrullada, pero os aseguro que muchos necesitarían hacer esta mínima reflexión. He formado parte de numerosas asociaciones literarias, más o menos grandes, y a todas ellas han llegado candidaturas de gente que no sabía por dónde les daba el aire. En ocasiones, incluso a asociaciones cuasisecretas, de grupo de amigos, quién sabe por qué carambolas del destino.

Con esto en mente, el primer paso es conocer los objetivos de la asociación. Lo primero, los oficiales. Luego, si es posible, los reales. Os recomiendo que no os cortéis a la hora de preguntar. Tened en cuenta que nadie quiere en su asociación alguien que no crea en el proyecto general, así que mejor aclarar las cosas desde el principio. Puede ser interesante averiguar qué acciones concretas ha llevado a cabo la asociación. O aclarar qué beneficios os puede reportar incorporaros a ella.

En este sentido, no tengáis vergüenza tampoco. Cuando solicité mi ingreso en la Asociación Aragonesa de Escritores pregunté cómo podía encajar yo ahí siendo que no residía en Aragón (ni en España, de hecho). Las asociaciones, valga esto también por Nocte, tienen un ámbito por un motivo (o por varios). Tampoco penséis que vais a sonar egoístas: la misma AAE tiene en sus estatutos que su objetivo es promocionar la obra de sus socios, no la de los escritores aragoneses o que hablen sobre Aragón en general, uno de los motivos por el que he terminado por darme de baja y que más me hubiera valido aclarar en su día.

Es importante, por otro lado, no pretender que una asociación sea lo que no es. Vale más crear una nueva con otros intereses que forzar una existente a cubrir un rol que no es el suyo. A largo término, esto tampoco termina de funcionar. Una asociación nacional difícilmente podrá satisfacer a un socio que no está en el país o vinculado a él, o una de género (la AEFCFyT) a un escritor que no lo cultive (como uno de novela histórica).

Finalmente, tampoco pasa nada por darse de baja de una asociación. Hay quienes creen que se trata de una afrenta, una traición o un posicionamiento hostil frente a los que se quedan. Es un craso error tomárselo así. Si en un momento dado una asociación no cubre tus expectativas o toma un rumbo que no es el tuyo en esa etapa de tu vida, lo lógico es separarse, aunque sea temporalmente. Y esto no debería enturbiar el trato entre socios y ex-socios.

Sí que puede ser interesante, sobre todo para la asociación, el saber los motivos que han impulsado al socio a dejar el seno de la misma. No es lo mismo que sea por una exigencia temporal o económica que por discrepancias sobre cómo llevar la gestión interna o los proyectos encaminados a cumplir sus estatutos. De nuevo, la comunicación es clave, porque el concepto mismo de asociarse es ese: compartir e intercambiar puntos de vista.

Así que, ya lo sabéis: si estáis pensando uniros a una asociación, preguntaros por qué y para qué. No hay respuestas generales tipo "sí, a un escritor de viene de lujo para su carrera asociarse" o "no, solo sirve para perder el tiempo y que te roben ideas". Depende de la asociación. Depende del escritor. Depende, también, y esto es muy importante, del momento.

Por lo que, por concluir con el detonante del artículo, ¿pertenecer a Nocte? Sí, si te interesa la dignificación de la literatura de terror española. Requisitos: desarrollar una actividad vinculada a la misma, en concreto, narrativa de terror publicada de un modo profesional en España si pretendes ser socio de número. ¿Por qué estos y no otros? Prometo hablar de ello en otro artículo.

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