No soy como tú

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Bio Jesus
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NO SOY COMO TÚ

— Pascal —dijo el niño, alargando las aes hasta lo indecible.

—¿Qué?

—Tú, ¿me quieres?

—No.

—¿Por qué?

—Porque soy un gólem y los gólems no sentimos amor.

—Pues yo tampoco te quiero, ¡ea!

—No es verdad —dijo Pascal husmeando entre los arbustos. Una presa había caído en la trampa—.¡Ajá! Jean,  esta noche comerás conejo  estofado de cena.

—¿Y tú?

—Yo no como. Para estar fuerte y sano solo necesito agua y sal. Vamos, se hace tarde.

Era un día muy caluroso y las chicharras cantaban con furia incontenida y su caótica melodía se enseñoreaba de la floresta mientras el olor del romero se hacía tan evidente que casi se podía paladear. Pascal  sabía que cada paso dado, cada jornada que los acercaba a París, su objetivo, era una zancada en la boca de un lobo viejo y astuto.

—Pascal, ¿cómo fue mi reinado?

—Breve.

—Venga, Pascal, se bueno y cuéntamelo.

—Naciste rey. Tu padre, el rey Luis murió sin conocerte. De tu madre, encinta, dependía el futuro del reino. Si nacía un varón, sería rey. Si nacía mujer, reinaría tu tío Felipe. Y llegaste tú.

—-¿Y fui coronado?

—Y durante cinco días reinaste. El mejor rey que jamás tuvo o tendrá Francia, me atrevo a decir. Ni una sentencia injusta, ni una sola guerra, ni un solo desliz.

—No te burles.

—Perdón, majestad.  Aquello como supondrás, fue un duro revés para tu tío.  Lo cierto es que Felipe no es apodado el Largo  solo por su altura. Trazó un plan bien astuto para que el trono quedase otra vez vacante.

—Pero…

—Pero no contó con la inteligencia  tu madre, Clemencia de Hungría. Te cambiaron de cuna con el niño de tu aya y tú te convertiste en Giannino.

—¿Y Giannino murió por mí?

—No, al día siguiente le cambiaron, a su vez, por otro niño, de modo que el ama de cría pudo “adoptar” a su propio hijo a los pocos días.

Pascal no contó como compraron al niño a una campesina acuciada por la miseria y la lacra de haber parido un bastardo. Dos monedas de plata bastaron para condenar a muerte al recién nacido. Esa era una de esas cosas que le asombraba de los humanos, su facilidad para segar vidas y sembrar planes. Eso le puso alerta, pues Jean era parte de una de esas tramas y el obstáculo para evitar su triunfo era él.

—Entonces fue cuando te pusieron a mi servicio.

—Al de tu madre, mi señora la reina Clemencia.  Mordecai de Rodas, galeno de la reina y mi dueño de entonces, me cedió para...

El gólem paró bruscamente, se agachó y clavó sus manos en la tierra. Jean guardó silencio. Sabía cómo comportarse en estas situaciones. El rostro de Pascal no reflejó emoción alguna, pero los tizones de sus ojos se avivaron un tanto.

—Son tres. Están a media hora de camino.

—¿Son…?       

—No lo sé, pero no voy darles la oportunidad de demostrar si son asesinos o no —respondió el coloso de piedra —. Ven, álzate sobre mis hombros y escóndete entre las ramas de este roble. ¿Tienes la daga a mano?

Jean asintió mientras la boca se le secaba. Pascal lo elevó por encima de sus más de seis pies de altura y el niño se aferró a una gruesa rama, desde donde trepó todo lo que pudo. Entonces el ser de roca se situó en un claro y empezó a hundirse en el suelo del bosque. No estaba cavando o perforando un pozo, permanecía quieto y sereno en apariencia mientras una marea terrosa lo cubría. Un par de minutos después no quedaba ni rastro del gólem.

Al cabo de unos minutos largos como el ayuno, Jean divisó desde su atalaya a tres sombras avanzando cautelosas hacia su posición. Comenzó a rezar en silencio mientras su manita sudorosa asía con fuerza su arma.

Dos de los esbirros se adelantaron, caminando con cautela, sin ruidos. El tercero, armado con una ballesta, quedó en retaguardia.  Jean se preguntó si le habían visto. Nervioso, busco una postura que le permitiese otear mejor pero pisó una rama seca y un crujido que pareció ensordecedor le delató.

El ballestero de inmediato alzó su arma y apuntó con meticulosa parsimonia. Nunca llegó a disparar. Un monstruo de roca y tierra surgió de la nada, lo levantó con ambos brazos y le quebró la espalda con su rodilla.

El grito del hombre alertó a sus compañeros, que abandonaron el sigilo y se prepararon para el combate. Ambos enemigos eran fornidos y manejaban sus armas con la soltura de quien ha hecho de ellas sus vidas. Uno portaba una espada y un escudo; el otro, un hacha a dos manos. El gólem apareció frente a ellos avanzando, amenazante, con pasos lentos y pesados.

— ¡Tirad las armas!—ordenó Pascal, exacerbando al del hacha, un mocetón rubicundo que alzó su arma y cargó. El gólem ni siquiera levantó el brazo para cubrirse. El filo penetró por el cuello, avanzando  más de diez pulgadas y quedando anclado allí. Ante el estupor de los dos guerreros,  Pascal tomó el astil del hacha con su mano diestra y lo desclavó.  

—Esto no me va a matar —dijo mirando al portador del hacha, al que derribo de un empujón mientras giraba para encarar al otro malhechor, que ya se aproximaba espada en alto —. Pero a ti sí.

El brutal impacto del hacha en el cráneo del espadachín partió este por la mitad. Jean se llevó las manos a la cara, evitando ser testigo de la muerte del  hombre rubio, aunque sí pudo escuchar como balbuceaba una súplica antes del grito de dolor que acompañó al golpe letal.

El gólem ayudó entonces a bajar a Jean. Enseguida noto que el niño ya no le miraba igual.

—Jean, era necesario  —dijo Pascal.

—Lo sé. Enterremos sus cuerpos.

—No, tenemos prisa. Tu madre espera en Paris tu visita y tal vez sea la última oportunidad para reuniros. No perderé el tiempo cavando tumbas para asesinos. Qué los cuervos se ocupen de los muertos.

—¡Pero cualquier hombre merece cristiana sepultura!

—Yo no soy cristiano.

Jean, compungido, asintió con la cabeza. El gólem entendió.

—Yo no soy como tú, ¿entiendes? No siento piedad ni cólera. No odio a estos desgraciados pero tampoco me apena haber acabado con sus vidas. Solo eran un obstáculo en mi misión y este ya no existe.

Jean volvió a asentir y contuvo las lágrimas. El gólem no dijo nada más. Simplemente se giró y clavó sus manos en la tierra para cavar la primera de tres tumbas. 

* * *

                                                                                                                                                                                                                                                   —Pascal, sal—llamó  Jean, un hombre alto y fuerte, en la flor de la vida.

De entre los surcos de un terreno en barbecho surgió lo que parecía una roca. Pero la roca poseía dos oquedades iluminadas por una luz anaranjada. A la roca siguieron unas manos, que se apoyaron en el suelo para dejar salir el corpachón del gólem.

—Aquí estoy.

—Has tardado mucho en volver.

—Hay muchas leguas entre Roma y Hungría.

—¿Hiciste llegar la carta a mi primo, el rey Luis?

—Por cierto que lo hice, mas no hubo respuesta. Vuestro familiar no desea enemistarse con el rey de Francia si no hay una causa clara. O un beneficio tangible.

—¡Maldición! Ya me advirtió Nicola que no me hiciera ilusiones al respecto.

—Nicola di Rienzo… —dijo el gólem, en cuyo tono Jean creyó atisbar desconfianza.

—Sí, el buen Nicola, el sabio Nicola, Nicola di Rienzo, tribuno de Roma desde hace seis días.

—Cola di Rienzo, tu amigo.

—Y mi maestro. Pues si él ha logrado conquistar Roma pese a la oposición de los Orsini y los Colonna, ¿por qué no podría yo obtener el trono de Francia? Porque tengo una considerable ventaja sobre él que todo ha logrado gracias a su oratoria brillante y el amor de la plebe romana pero a mí me asiste el derecho de nacimiento.

—Jean, para toda Francia yaces muerto en un sepulcro en Saint Denis.

—Un detalle que pronto cambiará. Mi amigo el tribuno ya ha puesto en marcha un ejército de fraticelli que están divulgando mi existencia y reclamando para mí el trono que me pertenece y que me fue usurpado.

—Mil bocas a sueldo no bastan para hacerte rey. Hacen falta lanzas. Y brazos que las guíen.

—Tendré el mejor ejército que el oro me pueda otorgar.

—Y que tu “maestro” te reclutará…

—¿Otra vez ese tono? ¿Son, quizás, celos?

—No puedo tenerlos. Si me envenenasen los celos, ¿crees hubiera realizado ciertas misiones que me llevé a cabo para su beneficio y que tú me ordenaste?

—No tengo que darte explicaciones. Nicola es mi mentor y lo considero  un segundo padre.

El ser pétreo guardó silencio mientras  Jean, que con aire irritado mantenía fija su mirada en el gólem, dijo:

—¿No sabes lo que he ha costado llegar hasta aquí? ¿Cómo mantener viva la esperanza cuando no era más que un muchacho extranjero recogido en casa de un desconocido, despojado de sus padres, de su trono, de su pueblo?

Jean siguió parloteando, lamentándose, justificándose sin apartar sus ojos del gólem. Pascal no escuchaba , a su dueño. Solo permanecía atento a esa mirada resuelta que conocía. Otro amo, mucho antes, le había mirado así. Su frente le empezó a doler.

—Jean —interrumpió—.Soy muy viejo, más de lo que imaginas. Cuando me crearon reinaba en esta ciudad Tiberio, pero desperté  en Jerusalén, de la mano de Ismael Levi, bajo el mismísimo  Templo de Salomón. Fui creado para ayudar y hacer el bien. Sin embargo, la lista de mis crímenes es tan extensa como mi vida. No por voluntad propia, porque no tengo, sino por la obediencia ciega que debo a mis dueños. Y  todos, tarde o temprano,  terminan viendo reflejados en mí lo peor de ellos, sus miserias y su maldad.

—¿A dónde quieres ir a parar?

—¿Te vas a desprender de mí, Jean?

—No —respondió azorado Jean—. No, claro que no. Es solo que no podemos seguir juntos. Compréndelo, el rey de Francia y su servidor de piedra. ¿Quién iba a aceptar tal cosa?

Pascal permaneció inmóvil, esperando el golpe de gracia.

—Voy a hacer algo digno de tus años de servicio.

Pascal bajo la cabeza.

—No soy como tú —dijo, y su voz profunda sonó como una campana dando el toque de difuntos—. A ti se te olvida y te parece que lo soy, pero no es así. Donde tú tienes huesos, yo tengo acero, donde tú tienes vísceras, yo roca, donde tú tienes alma, yo tengo… yo tengo vacío.

“Tú tienes anhelos, secretos o evidentes, nobles o malsanos. Mi única motivación era servir, ayudarte a cumplir esos  deseos y protegerte. A cualquier precio. Y para ello pongo al servicio de mi amo mi fuerza descomunal, mi resistencia inhumana y mi pensamiento frío y racional. Yo funciono así, cumpliré las órdenes que me des, cueste lo que cueste. También esa que estás pensando… si pudiese.” 

Jean puso cara de no entender. Como respuesta, Pascal desprendió lo que parecía  algo de barro pegado en su frente, dejando al descubierto tres letras: E,M,T.  Entre la M y la T había un hueco.

—Esta es la inscripción que me dio la vida. Debería leerse EMET. Si se borrase la primera E, dejaría de funcionar. Moriría si lo prefieres, pues se formaría la palabra muerte. Pero mi segundo dueño borró la segunda E, previniendo así que fuese yo quien quitase la primera. No puedo suicidarme.

Su amo quedó pensativo un instante ante la revelación. Luego recompuso el gesto y preguntó:

—¿Has creído que yo te iba a mandar…? ¡Cómo has podido! No, Pascal, no! Voy a darte la libertad absoluta, vivir como dicten tus instintos. Liberarte de tu esclavitud.

— Jean, yo no nací para la libertad —respondió el gólem.

Pero Jean sacó de su bolsa un pequeño pergamino y lo introdujo en la boca de Pascal.

—Ya está. Serás libre y feliz. Ahora, aléjate de mí.

El coloso obedeció la última orden, enterrándose  en la negra tierra del cultivo.

Tan pronto desapareció, Jean montó en su caballo y partió en pos de la gloria.

***

Por fin en ansiado momento, por fin el sol iba a aparecer por la ventana e iba a iluminar durante dos horas su celda.

Empezaba a perder la cuenta del tiempo que llevaba allí encerrado, con el constante rumor del mar azotando los muros del castillo y el olor a salitre como compañero de sus días. El resto de la jornada lo pasaría en la penumbra, rumiando su derrota, recordando sus errores y maldiciendo las traiciones que jalonaron sus aspiraciones. Pero en esas dos horas, volvía a ser Jean, no el rey que reinó cinco días, ni incansable aspirante al trono, ni el protegido de Cola de Rienzo ni el prisionero de aquel castillo napolitano, solo Jean, el hombre.

Un ruido sordo le distrajo de sus cavilaciones, un rumor  cuya procedencia no podía localizar y que llevaba escuchando varios días, solo que esta vez era mucho más fuerte. Entonces, ante su asombro, unos brazos de piedra asomaron del suelo  y, como en un sueño, volvió a aparecer el rostro del que fue su protector, sobresaliendo como un bajorrelieve en el  suelo. Mientras transcurrieron unos minutos tan largos como una vida, Jean guardó silencio. Finalmente, el gólem se alzó ante él.

—Pascal, ¿eres tú? —dijo el prisionero y corrió a abrazar al ser de roca. Este permanecía quieto. Jean, macilento, pálido y descuidado, lloraba asido a él— ¡Oh, mi buen Pascal, has vuelto pese a todo! Volvemos a estar juntos. ¡Has venido a rescatarme!

—No puede ser —respondió Pascal—. El camino que he usado no admitiría un ser de carne y hueso.

—¿Y la puerta? ¿No puedes derribarla?

—Sí, pero salir por ahí implicaría enfrentarme a los guardianes de la fortaleza. Probablemente tendría que matar a varios. Y no voy a hacerlo.

—Comprendo —dijo Jean, abatido.

—No, no comprendes. Nada. ¿Recuerdas  el último papel que metiste en mi boca? Fue nuestra condena, Jean. ¿Te acuerdas de lo que decía?

—Decía “Se libre y se feliz”, ¿qué hay de malo en eso?

—Yo no soy como vosotros, Jean. Yo soy un esclavo por naturaleza y me has hecho libre. Me has hecho buscar la felicidad eternamente sin encontrarla, porque solo sirviendo soy feliz y no puedo ser a la vez esclavo y liberto. Tampoco puedo ser feliz sin ser bueno y para servirte habría de matar a los guardias. Tus órdenes de entonces me impiden liberarte hoy.

Jean se dejó caer al suelo, llorando.

—¡Qué burla del destino es esta que no solo rememoro mis fracasos sino que estos vienen a mí a mortificarme! Desde que te dejé todo fueron ilusiones vanas y fracasos. El apoyo de Hungría no se concretó en nada, las promesas del Papa fueron  huecas y falsas, mi ejército, un puñado de buscavidas, apenas presento batalla. Hasta el nombre de este castillo es ridículo. Toda mi vida es pura superchería y ahora camina hacia la demencia y la degradación.

El sol aún entraba por la ventana enrejada pero ya iniciaba su descenso. Jean dejó de llorar.

—Todavía puedes ayudarme y hacer que conserve un poco de mi dignidad.

—No me pidas eso —dijo Pascal.

—Como amigo te lo suplico y no como amo —Jean se levantó y abrazó a Pascal—. Reza antes conmigo, para que nos perdone Dios.

—Yo no creo en Dios. Tú eras Él para mi.

—Es igual, yo oraré por los dos. ¿Dolerá?

Pascal miró a aquel hombre y volvió a ver al niño de ojos grandes que le seguía con las tierras de Francia para visitar a su madre. Noto algo extraño en el pecho.

—No, Jean, no dolerá. Reza por mí.

El hombre que reinó cinco días musitó una oración que no llegó a culminar, interrumpida por el crujir de los huesos de la nuca.

Cuando los hombres de la guarnición encontraron el cadáver de Jean, creyeron ver una sonrisa en su rostro.

Para entonces Pascal se hallaba muy lejos y caminó aún más hasta alcanzar una costa rocosa frente a un mar colérico. Se sentó en la orilla y dejo que las olas le azotaran el rostro y sustituyesen a las lágrimas.

Pasó así mucho tiempo, incluso para un gólem. Pero el océano implacable al fin remató su labor y un día su pecho se resquebrajó y el coloso se disgregó en cientos de pedazos.

Solo las gaviotas oyeron su último lamento, la última llamada a su dios.

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Patapalo
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Relato admitido a concurso.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Qué historia más triste y terrible, demonios. Me ha recordado a la relación entre Terminator y John Connor, uno de los temas que más me marcaron de la segunda película y que siempre me quedé con la impresión de que no se habían desarrollado del todo.

Aquí lo encuentro realizado con mucha fineza. El detalle del entierro de los asesinos, por ejemplo, me ha parecido muy conseguido. Se palpa la lucha interna del gólem contra su naturaleza y cómo su relación con el niño rey termina haciendo mella de alguna forma, quizás leve, pero determinante.

El tono es quizás más de fantasía propiamente dicha que de terror, pero creo que tenemos suficiente ración de traición y muerte como para verle la fosquedad. El trasfondo histórico no lo conocía y me ha parecido muy sugerente.

En el aspecto formal se te ha enrevesado una frase y han huido algunas tildes, pero son temas menores que se solventarán con un pequeño repaso.

Gracias por compartirlo.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Danduay
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Puntos: 256

Un buen relato, sí señor. Y que se sale agradablemente (para mi gusto) de la línea mayoritaria en la convocatoria, por tono y trama. La sensación de tristeza y melancolía que empapa la historia (su “doble” final especialmente) reemplaza al tono fosco con solvencia. El argumento, entre la novela de aventuras mosqueteriles y la novela histórico-folletinesca (dicho sin tono peyorativo) también se lee con agrado.

Creo que destaca el personaje de Pascal, por la riqueza que tiene. Quizá no sea un gólem canónico, pero creo que tal y como está construido gana profundidad y “humanidad”, al estilo de otros golems de la covocatoria, que tampoco tendrán alma, pero parecen más humanos que los humanos mismos. Para mí esto no es un hándicap, al contrario, añade profundidad a los relatos. Y a este especialmente.

Tampoco es negativa, creo, la falta de fosquería (aunque debo penalizarla en la puntuación, supongo); porque me parece que la sensación de amargura, pérdida y desdicha que rezuma de la historia la sustituye más que de sobra.

Ortotipográficamente hay alguna cosilla por ahí, alguna coma, acentos... nada importante. Y alguna palabra que me ha sonado extraña en el contexto (opinión personal, no incorrección; por ejemplo "exacerbar". Para mi gusto, llaman la atención sobre sí mismas y le hacen salir a uno de la historia, gusto personal, ya digo).

Así, pues: una estrella por el gólem, media por la forma, una por la historia, personajes y argumento, 0,25 por el tono fosco, media estrella extra por el personaje de Pascal y otra media extra por el ambiente de amargura. Total: 3,75 estrellas.

¡Suerte! Una historia estupenda.

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Tony Kanapes
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Puntos: 173

Mis felicitaciones, Bio Jesús, porque el cuento me ha encantado y de buena gana hubiera seguido leyendo las aventuras de estos dos personajes. Realidad, ficción, un Golem milenario y deseos contradictorios.

Un cuatro y de nuevo felicidades.

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Germinal
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Puntos: 1307

Muchas cosas positivas en este relato. Sigue esa regla del tres para explicar inicio, nudo y desenlace o lo que es lo mismo infancia, (in)madurez y muerte. No soy un devoto de la historia pero entiendo que juega con datos reales para hilvanar esa trama que sazona con la figura del gólem. El tono poético que tiene por momentos tanto en la prosa como en las escenas (al cavar las tumbas o la muerte en la costa) lo encuentro muy acertado.

Tengo que ser honesto y decir que me ha resultado muy molesto encontrar tantas erratas en tildes, dobles espacios, guiones, faltas de espacio y una coma asesina entre sujeto y predicado que ahora no sabría decir dónde ha caído. Que a mí también se me cuela una errata que otra, es normal, pero cuando parasitan el relato de forma tan generalizada lo ves con otros ojos, o al menos a mí me pasa.

No he llegado a entender lo de la letra borrada. O sea, en teoría el gólem funciona o debería funcionar porque se lee la palabra EMET (verdad), si se le puede quitar una letra y sigue funcionando qué impide entonces borrar la primera E y morir? Y de todas formas, ¿no es esclavo de la voluntad de su amo? No podría por tanto quitarse la vida. No sé, me genera muchas dudas este punto.

Como sugerencia, alguna referencia al físico de Jean también ayudaría a situar la cronología: cuánto mide cuando es un niño, si despunta una barba cuando se despide del gólem o si tiene canas cuando se reencuentran en la celda. Hablo también desde el desconocimiento de si es una figura real, por lo que el autor podría dar por hecho que se conocen los datos.

Pues eso, una buena idea, bien estructurada pero que requiere, como mínimo, un pulido ortotipográfico.

Voy a darle 4 estrellas. Felicidades y gracias por compartirlo.

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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Patapalo dijo:

 Me ha recordado a la relación entre Terminator y John Connor, uno de los temas que más me marcaron de la segunda película

Gracias, no había caido y eso que la peli me encanta.

Patapalo dijo:
El tono es quizás más de fantasía propiamente dicha que de terror, pero creo que tenemos suficiente ración de traición y muerte como para verle la fosquedad.

Bio Jesús, experto en presentar historias poco foscas a certámenes foscos blush

Creía que la atmósfera era lo suficientemente oscura para justificar la fosquedad, se ve que no. Gracias por leer.

Danduay dijo:

 Y alguna palabra que me ha sonado extraña en el contexto (opinión personal, no incorrección; por ejemplo "exacerbar".

Releo y veo que tienes razón. Será sustituida. Gracias por leer y valorar.

Tony Kanapes dijo:
Mis felicitaciones, Bio Jesús, porque el cuento me ha encantado y de buena gana hubiera seguido leyendo las aventuras de estos dos personajes. Realidad, ficción, un Golem milenario y deseos contradictorios. Un cuatro y de nuevo felicidades.

Me temo que no hay más historia, el texto muestra todo lo que quiero decir: el problema de la libertad, las consecuencias de nuestros actos, la figura paterna y el proceso de madurez (o no).

Gracias por leer y valorar.

Germinal dijo:

No he llegado a entender lo de la letra borrada. O sea, en teoría el gólem funciona o debería funcionar porque se lee la palabra EMET (verdad), si se le puede quitar una letra y sigue funcionando qué impide entonces borrar la primera E y morir? Y de todas formas, ¿no es esclavo de la voluntad de su amo? No podría por tanto quitarse la vida. No sé, me genera muchas dudas este punto.

La clave está un poco más arriba. 

Quote:

(...) la obediencia ciega que debo a mis dueños. Y  todos, tarde o temprano,  terminan viendo reflejados en mí lo peor de ellos, sus miserias y su maldad.

El amo que borró la E pensó que podría hacer lo que él haría y, para evitarlo borró la E. Proyectó en Pascal su miseria

Fallo mío no dejarlo claro.

Gracias por leer y valorar.

 

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Ozymandias
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Puntos: 79

Como comentaba respecto a otro relato, pienso que ser puristas con el personaje del gólem puede limitar bastante los relatos. Tu relato es un buen ejemplo. El gólem habla y piensa como un ser humano para así abordar la criatura desde un ángulo nuevo. Puede que no sea ortodoxo pero me gusta el resultado.

El relato más triste que he leído, donde los ágiles diálogos son fundamentales. Me ha dejado una sensación nostálgica pero muy grata, recordándome aquel momento mítico del cine: "Ahora sé por qué lloráis". 

Mi nota es 4.

And on the pedestal these words appear:

My name is Ozymandias, king of kings:

Look on my works, ye Mighty, and despair!

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Hekizade
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Poblador desde: 22/05/2021
Puntos: 64

Me ha gustado, sobre todo por los originales diálogos y una ambientación histórica bien lograda. Trágico final, tan triste como bello. 

(Es mi primer comentario por aquí, a ver si no la lío ^^) 

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Curro
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Poblador desde: 24/09/2015
Puntos: 1048

Vaya, cómo está apretando el personal a última hora... Me congratula y preocupa a partes iguales no

Relato muy bonito, emotivo. Quizá no sea el más triste del certamen, pero sí creo que es el que mejor profundiza en la melancolía.

En cierto modo, el empeño del golem en deshumanizarse a sí mismo es justo lo que más lo humaniza. Me encanta esa controversia. He cometido el error de leer otros comentarios antes de escribir el mío (cosa que procuro no hacer) y veo muy, muy acertada la similitud con Terminator 2, aunque desde luego con un enfoque muy distinto y profundo. En T2 no podemos estar seguros de si el androide tiene sentimientos o simplemente sigue su programación, mientras que en este relato yo veo claro que es lo primero. Cuando termina por cavar las tumbas, al golem se le ve el plumero; si como parece las órdenes no las recibió de Jean sino de la madre de este, siendo estrictos, perder ese tiempo va contra… “la programación”. Ese detalle es lo que más me gustó del relato, fue el que me ganó ya del todo.

No veo pegas a la historia, muy bien balanceada, medida, perfectamente rematada. Igual cierto desnivel entre la primera parte (en el bosque) y la segunda (en la que se libera a pascal), en el sentido de que en la primera se detalla perfectamente el entorno (como he señalado) y en la segunda... solo se sabe que están en algún terreno de barbecho. Una explicación algo más detallada del narrador que nos acompañe al nuevo escenario (espacial y temporal) se habría agradecido, aunque fuera una frase breve que dé paso rápidamente al diálogo que constituye la parte central del relato. Un tema menor, en cualquier caso.

Yo sí la veo fosca, aunque sea por la angustia final; a mí el agobio de la infelicidad eterna del golem me aterra, soy bastante sensible a ese tipo de miedos sicológicos, los encuentro mucho más inquietantes temores más clásicos (figuras en las sombras, monstruos al acecho…).

El problema que puedo poner vienen en la forma. Es curioso, he leído dos relatos seguidos, ambos muy buenos pero con idénticos problemas. Y es que creo que le falta una revisión, o varias. Espero que el autor no piense que me tomo demasiadas libertades, pero me gustaría reñirlo un poco por esto, ya que el relato roza la perfección. Tildes aparte, encuentro varias estructuras gramaticales mejorables. Destaco por ejemplo una frase que me llama mucho la atención y que además es de las primeras (se corre el riesgo de que el lector tuerza la nariz demasiado pronto):

Era un día muy caluroso y las chicharras cantaban con furia incontenida y su caótica melodía se enseñoreaba de la floresta mientras el olor del romero se hacía tan evidente que casi se podía paladear.

Esas dos “y” seguidas quedan muy mal, transmiten una simpleza narrativa que desde luego el resto del texto no tiene. Además se enlaza el canto de las chicharras con el olor a romero por un “mientras” cuando son cosas que no parecen tener nada que ver. Es decir, entre las ideas…

  • Las chicharras cantan
  • Huele a romero

…es donde creo que habría que meter el simple “y” en lugar del “mientras”.

Vamos, creo que requiere cierta revisión.

Me ha llamado la atención la aclaración…

No estaba cavando o perforando un pozo, permanecía quieto y sereno en apariencia mientras una marea terrosa lo cubría.

…que creo que sobra, queda perfectamente claro qué sucede. Si se quiere dejar claro qué esta sucediendo para que no se malinterprete, igual sería mejor buscar una fórmula algo más poética.

Tengo anotada alguna más, pero tampoco quiero parecer tiquismiquis, ya que quizás se notan tanto precisamente porque el relato está muy bien escrito y eso hace que resalten más. Y como digo, tengo bastante claro que no se deben a falta de tablas por parte del escritor, sino simplemente a que le falta alguna lectura previa a la publicación (pausada y en voz alta).

Y hablando del desnivel, vuelve a suceder que en apariencia hay más cosas malas que buenas; nada más lejos de la realidad, la historia es muy buena, la idea la encuentro brillante y se agradece una aproximación a la temática tan directa y a la vez original. Le asigno 4 estrellas.

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Patapalo
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Puntos: 208859

Hekizade dijo:

Me ha gustado, sobre todo por los originales diálogos y una ambientación histórica bien lograda. Trágico final, tan triste como bello. 

(Es mi primer comentario por aquí, a ver si no la lío ^^) 

En absoluto. Recuerda que puedes votar dando entre 1 y 5 estrellas a los relatos que vayas leyendo. 5 estrellas es el máximo, 1 estrella es el mínimo.

Bienvenida al foro.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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torpeyvago
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¡A mí no me engañas, Mowgli!

Para no tener alma, ¡qué gran persona! Y qué sentido del humor.

Lo +

El gólem. El hecho histórico. La historia. El desenlace y el final. La escena de los asesino, la de la liberación, la de la celda.

Lo -

Algún DDT díscolo: «trampa—.¡Ajá!», «— ¡Tirad», espacio doble «retaguardia.  Jean», la cosa rara que pasa tras los asteríscos... Pero vamos, futesas.

También de poca entidad y fácilmente solucionable, creo, tras la vuelta del gólem de sus «recados» de Roma y Hungría, los hechos se narran algo rápido. Nada importante, en cualquier caso.

Un estupendo relato de:

★★★★

Estadísticas

Palabras : 2746
Matrices : 15.441
Caracteres : 12.526
Letras : 11.931
Párrafos : 117
Sílabas : 5212
Frases : 249
Szigriszt1993: 78
Perspicuidad : Bastante fácil

___________________________________________________________

En un lugar de La Mancha de cuyo nombre me acuerdo perfectamente...

https://historiasmalditas.wordpress.com/

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LCS
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Puntos: 6785

Un relato genial. Me ha gustado mucho. El final lo encuentro admirable, pero le encuentro una pega: el tema del gólem. Más que a un gólem, a mí me ha recordado a una criatura similar a la del Doctor Frankstein, sobre todo, por sus anhelos por ser humano. No sé. A mí me gusta innovar, pero creo que se aleja de la visión del gólem canónico.

Me temo que te tendrás que conformar con cuatro estrellas. ****

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LCS dijo:

Un relato genial. Me ha gustado mucho. El final lo encuentro admirable, pero le encuentro una pega: el tema del gólem. Más que a un gólem, a mí me ha recordado a una criatura similar a la del Doctor Frankstein, sobre todo, por sus anhelos por ser humano. No sé. A mí me gusta innovar, pero creo que se aleja de la visión del gólem canónico.

Me temo que te tendrás que conformar con cuatro estrellas. ****


Efectivamente, se aleja del gólem canónico, se humaniza,es un hecho, pero no es un anhelo, es más bien algo contra lo que lucha (por eso está constantemente diciendo yo no soy como tú) porque prevé que vendrán problemas.

Cuando su amo le da la libertad culmina el prouceso y ya solo puede darse un final trágico porque Pascal sabe que siendo libre va en contra de su naturaleza misma.

No es tanto una humanización como una desgolemización.

Gracias por la lectura y gracias por las 4 estrellazas

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LCS
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Bio Jesus dijo:
 No es tanto una humanización como una desgolemización.

 

Desgolemización. no Me encanta el neologismo. 

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Curro dijo:

Cuando termina por cavar las tumbas, al golem se le ve el plumero; si como parece las órdenes no las recibió de Jean sino de la madre de este, siendo estrictos, perder ese tiempo va contra… “la programación”. Ese detalle es lo que más me gustó del relato, fue el que me ganó ya del todo.

Efectivamente está en la escena clave cuando a pesar de las órdenes (y a pesar de su lógica de gólem) cava las tumbas están reconociendo que algo ha cambiado en él .

En realidad empieza a ver a Jean como algo más que un amo. Lo ve como un dios.Y ahí surge el conflicto. Y la "desgolemización" ;-)

Gracias por tus amables palabras, con señalarme los errores y por la nota.

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Ozymandias dijo:

Como comentaba respecto a otro relato, pienso que ser puristas con el personaje del gólem puede limitar bastante los relatos. Tu relato es un buen ejemplo. El gólem habla y piensa como un ser humano para así abordar la criatura desde un ángulo nuevo. Puede que no sea ortodoxo pero me gusta el resultado.

El relato más triste que he leído, donde los ágiles diálogos son fundamentales. Me ha dejado una sensación nostálgica pero muy grata, recordándome aquel momento mítico del cine: "Ahora sé por qué lloráis". 

Mi nota es 4.

Esa referencia me hace feliz, es una escena gloriosa.

Gracias por comentar y valorar.

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Dr. Ziyo
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Creo que este relato es el mejor de los que has presentado. Una historia que emana tristeza y fatalismo a raudales, con un gólem en un papel que me ha resultado muy original, y que a pesar de verse muy "humano" en cuanto a su mente, en lo físico es un gólem de libro.

Los diálogos están muy bien construidos y los encuentro muy veraces. Esto ha hecho que la lectura fuera fluída y sin obstáculos hasta llegar al final, muy bueno.

Como pega y tirón de orejas, de nuevo parece evidente que falta repasar el relato para subsanar errores ortográficos, palabras desaparecidas o cambiadas de sitio, etc.

Le doy 4,5 estrellas y te felicito por la idea.
 

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Efepe
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Puntos: 320

Muy currados los diálogos. Han quedado genial.

La idea del relato es muy original. Me ha encantado lo de que el golem no se pueda suicidar por haberle borrado su dueño la segunda e.

Se nota que este lo has cuidado y mimado. El lenguaje, las expresiones, la manera de escribirlo...esta muy trabajado, (y si no es así, mejor para ti todavía si casi sin repasar consigues este nivel de escritura).

El único pero, por sacarle algo, y llevandomelo a lo personal, se me ha hecho un poco largo. Me ha durado demasiado la sensación de «a ver que pasa» y casi, solo casi, me aburro esperandolo.

En todo caso, un relato espléndido. Mi puntuacion es 4,03.

EFePe

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Hekizade
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Poblador desde: 22/05/2021
Puntos: 64

Hekizade dijo:

Me faltaba añadir la nota a mi comentario:

Los puntazos: buena trabazón argumental de fondo histórico, los diálogos, la relación entre Pascal y Jean. Trágico final, tan triste como bello. 

Las puntadas: ¿Por qué Pascal decide proteger a Jean? ¿Sólo por ser un príncipe desplazado? "Fui creado para ayudar y hacer el bien". Supongo que hay muchas más tragedias e injusticias en el mundo que necesitan la ayuda del gólem. ¿Por qué, entonces, a Jean? ¿Cómo llegaron a juntarse sus caminos? Me ha faltado esto a nivel argumental para ser redondísimo. 

Sin duda, un relato magnífico: 4,25 estrellas. 

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Bio Jesus
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Puntos: 1514

Gracias por las estrellas y tus palabras.
El cómo se conocieron está explicado:

Quote:

—Entonces fue cuando te pusieron a mi servicio.

—Al de tu madre, mi señora la reina Clemencia. Mordecai de Rodas, galeno de la reina y mi dueño de entonces, me cedió para...

Es decir Mordecai regaló a Pascal a Clemencia, cuya orden fue proteger a Jean. Cuando la reina murió, Jean recibió en herencia al gólem. Pascal había pasado antes de mano en mano por herencia, venta o regalo.
El segundo amo fue muy significativo pues le borró la segunda E. La historia está ideada, se quedo fuera por evitar el exceso de información accesoria. Menos es más

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Hedrigall
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Poblador desde: 14/01/2011
Puntos: 1132

Una historia triste, bien ejecutada, con buenos diálogos. El gólem aquí presenta más aristas de personalidad, es más complejo, y se agradece. Los momentos de las tumbas y el final del gólem son muy evocadores. Tengo la sensación de que con más extensión hubiera quedado más redondo; la elección de escenas me parece acertada pero me da la impresión de que la historia se acelera por necesidad a partir de la segunda. Es un gólem poco canónico pero la esencia sigue ahí, en mi opinión.

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Stendek
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Puntos: 198

Un gran relato, pero que seguro se aprecia mejor si se conoce la historia real de Giannino Baglioni, quien pretendió ser Juan I el Postumo de Francia, y que efectivamente recibió el apoyo de Cola de Rienzo.

No le pongo ningún pero. Van cinco estrellas sin arrepentimiento.

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Ligeia
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Poblador desde: 03/12/2013
Puntos: 1152

Aparte leves errores ortotipográficos ya comentados, buen relato, correcta ambientación y tono melancólico. No sé porqué, pero yo lo visualizaba en el siglo XVII, serían ecos inconscientes de las aventuras mosqueteras y la máscara de hierro, pero ya han comentado que era un lío dinástico en la Francia bajomedieval. Este no lo conocía, la verdad nunca me han llamado mucho los reyes franceses anteriores a Luis XI (por Nuestra Señora de París) excepto alguno como Felipe el Hermoso con su confabulación con el Papa para terminar churruscando al pobre Jacques de Molay y acabar con los templarios. 

Tres estrellas y media: *** '

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Stendek dijo:

Un gran relato, pero que seguro se aprecia mejor si se conoce la historia real de Giannino Baglioni, quien pretendió ser Juan I el Postumo de Francia, y que efectivamente recibió el apoyo de Cola de Rienzo.

No le pongo ningún pero. Van cinco estrellas sin arrepentimiento.

¡Mil gracias!

Me encantan estas historias medievales, tan alejadas del ideal caballeresco con que se idealiza el periodo medieval.

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Bio Jesus
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Poblador desde: 11/07/2014
Puntos: 1514

Gracias por comentar y por las estrellas.

Ese Felipe, destructor del Temple, es el abuelo de Jean.

Todo queda en familia,como ves. ;-)

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Invierno
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Poblador desde: 21/09/2010
Puntos: 903

Iba a comentar lo de que veía a Jean como muy Jean Connor, pero veo que llego tardísimo. Relato sólido, con buenos diálogos y buena base histórica. De hecho he ido a Wikipedia a cotillear un rato y ampliar información. Como ya han dicho los compañeros, le haría falta un repaso para las tildes. También para los dobles espacios. Esto último me solía pasar, y pillé esta costumbre: al terminar un relato, automáticamente me voy a “reemplazar” en el Word, en la parte de “buscar” escribo dos espacios y en la de “reemplazar con” escribo uno. Mano de santo.

Volviendo al relato, decir que me ha gustado bastante. Por los temas que trata y la emoción que transmite.

4 estrellas.

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