Cuento de Medianoche

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Hace mucho tiempo, lejos de los trenes y de los ruidos de la ciudad, vivía un joven a las puertas de un gran bosque.

 

 

Nota: Este cuento se presenta con un concierto compuesto específicamente para el mismo. Si quieres oírlo al tiempo que lees la historia, pincha en el enlace más abajo.

 

 

 

Hace mucho tiempo, lejos de los trenes y de los ruidos de la ciudad, vivía un joven a las puertas de un gran bosque. La pequeña casa de madera con los pies bañados en un estanque se encontraba sola y franqueada por norte, sur y oeste por las montañas. Un día que se hallaba absorto recogiendo los frutos que de la naturaleza habían brotado, se perdió azarosamente entre la arboleda sin darse cuenta de a dónde le llevaban sus pasos. Caminó adentrándose en lo desconocido hasta que se encontró muy lejos de allí, lo más lejos que había estado nunca de su casa, en un lugar donde incluso la luz dorada que otrora pintaban las hojas de los árboles había desaparecido.

De repente se abrió un gran claro ante él, un claro de luna en medio del bosque; en el centro del claro había un pozo y sobre éste estaba sentada una chica.

Al acercarse a ella observó maravillado caer como arroyos ondulados sus cabellos del color de la noche. Su piel era blanca, bañada por la luz de la Luna, sus labios rojizos intuían el amanecer, sus ojos, luceros del alba.

El joven le preguntó su nombre pero ella no contestó. Pensando que tal vez no le hubiese oído la primera vez se acercó un poco más y se lo volvió a preguntar; al no obtener respuesta alguna, le susurró el suyo al oído. Olía a flores y a tierra, como si le impregnara la esencia de todo el bosque; se vio reflejado en sus ojos y abrió de nuevo la boca, pero esta vez para besarla.

Entonces despertó de nuevo en el bosque a pocos metros de su casa, con el sol en lo más alto. Negándose que todo aquello pudiera haber sido únicamente la fantasía de un sueño y sin poderse quitar su rostro de la mente, replicando en cada rincón de su alma, al atardecer volvió a adentrarse en la espesura.

Envuelto en total oscuridad atravesó el imperceptible umbral de la hojarasca y de nuevo se halló ante el pozo, ahora solitario. Se acercó lentamente a su boca y miró abajo, donde vio su rostro reflejado durante un instante y luego sólo vio el suyo propio. Intentó tocar el agua de lluvia con su mano y el agua se mezcló con sus lágrimas al no poder alcanzarla; cerró los ojos y despertó.

Durante varios días se encontró intranquilo, obsesionado con aquel rostro que no podía dejar de recordar en el reflejo del lago, en la imagen del espejo, en las sombras ondulantes de su habitación. Aquejado de insomnio y de agonía, susurraba su llamada el viento entre las hojas, en la oscuridad: una ventana con una vela iluminada, y un único pensamiento de melancolía.

Una noche nueva con sus ojos mirándole a través de la candela, abrió la puerta y dejó atrás la casa; corrió entre las columnas ensombrecidas con sus pies desnudos sobre las raíces, atravesó la puerta invisible y le cubrió la luz de la Luna.

Allí se encontraba, sentada sobre el pozo, de aguas onduladas en la noche, rojo amanecer y el firmamento tras de ella. Bañado él también por la luz nacarada, caminó en silencio, apareció en sus ojos y la besó… ella se separó suavemente y le susurró su nombre.

Y desde entonces el joven enamorado sigue brillando a su lado, en el firmamento; claro de Luna.

 

 

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Félix Royo
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Si queréis bajaros una copia en .mp3 (por aquello de que el buffer de Youtube a veces hace estragos sobre el audio), la podéis descargar desde AQUÍ

 

El genio se compone del dos por ciento de talento y del noventa y ocho por ciento de perseverante aplicación ¦

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Patapalo
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Demonios, se me había pasado comentarlo. Me ha gustado mucho la historia, el tono lírico que tiene, y a la vez sombrío y hasta cierto punto inquietante. Creo que le va muy bien la banda sonora, y el conjunto tiene fuerza. El cierre me ha recordado algo a las leyendas tipo Bécquer.

Parte de la sabiduría consiste en saber ignorar algunas cosas.

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Alejandro Castroguer
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Enhorabuena, me han bastado leer dos relatos tuyos para saber que tienes madera.

Su tono lírico, subrayado por la música, es embriagador. Literatura de imágenes y excelente factura. Ánimo, Félix, nos seguimos leyendo.

"LA GUERRA DE LA DOBLE MUERTE" ha sido publicada por Almuzara: http://www.editorialalmuzara.com/editorial.php?idioma=1&a

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Nachob
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Es dificil comentar un relato que viene acompañado de un complemento tan embriagador que te condiciona y emociona.

No me suelen llamar mucho la atención los textos líricos, pero he de reconocer que es una combinación envidiable.

Enhorabuena.

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Raelana
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Me ha gustado más este relato que el otro tuyo que leí esta mañana. Aquí la historia es más clara y también me parece que la sintesis entre la música y el texto está muy conseguida.

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