Dioses comiendo moscas

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Reseña de la antología de Jorge Biarge, Sergio Perales y Ernesto Sierra publicada por Grupo Ajec

 

Esta es una antología de ideas. Ese es el principal punto en común de los quince relatos que componen el libro. En todos ellos encontramos ideas ingeniosas que de por sí justifican la lectura, estimulan la imaginación del lector, abren vías de pensamiento. Al mismo tiempo, no se hacen malabarismos con ellas. Los autores, por regla general, no buscan requiebros en los cierres ni sorpresas que dejen ojiplático a quien se adentre en sus historias. Se limitan a mostrar cuán fascinante les resulta la fantasía.

¿Y si...? parecen preguntarse en cada uno de los relatos. Y uno no puede evitar preguntarse si esos dioses que comen moscas del título no serán los propios creadores del libro, deidades fascinadas por su propia mano, distraídas por sus propias maravillas. Ciencia ficción, terror, distopías, fantasía, épica surrealista... el género fantástico al completo tiene cabida en las páginas de Dioses comiendo moscas.

Esta misma definición de creadores en vez de escritores tiene una razón de ser: aunque no hay apenas vicios estilísticos (depende del autor, pero no hay demasiado particularmente remarcable) y a pesar de que en algunas historias su respectivo creador se deja llevar en algo por el lirismo, he echado en falta una pasión idéntica por la escritura que por la idea. No diría tampoco que la antología tenga un estilo plano o una narrativa deficiente, pero sí he tenido la impresión de que este aspecto no tiene el mismo peso específico que la originalidad o la viveza de los escenarios.

Es posible que esto se deba también a la edición. En Dioses comiendo moscas se dan cita tres autores: Jorge Biarge Fanlo, Sergio Perales Tobajas y Ernesto Sierra Sanz. Sin embargo, quizás porque han trabajado realmente en equipo, en alguna especie de simbiosis insólita, no he sabido diferenciar bien sus voces. Al principio, intentaba retener la autoría de tal o cual historia; al final, tengo la impresión de que lo reseñable a este respecto es que no es reseñable quién ha escrito qué.

Cabe mencionar que los relatos vienen introducidos por sendas ilustraciones de Ismael Blasco, lo que acentúa la impresión de conjunto uniforme. El resultado, sin duda, lo es: una antología sin altibajos que dejará sembradas unas cuantas ideas en el lector. Terribles, fascinantes, abracadabrantes, seductoras, aterradoras... Ideas para todos los gustos. Fantasía sin cortapisas, de todos los géneros.

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