Salvajes

Imagen de Patapalo

Reseña de la novela de Don Winslow publicada por Booket 

  

Salvajes es una novela trepidante. Empieza a degüello y ya no baja el ritmo en toda su extensión. Habla de temas de actualidad que son particularmente sangrantes, desde la intervención norteamericana en Afganistán al espeluznante mundo del tráfico de drogas entre México y el sur de Estados Unidos, y lo hace con un estilo desenfadado, punzante, algo gamberro y de una efectividad pasmosa.

Esa es la principal baza de Don Winslow en la novela: que es capaz de transmitir con aparente sencillez, abandonándose a una prosa que deja de lado los recursos tradicionales —al menos en apariencia— para recurrir a ganchos que nos suenan más a documentales y series de televisión que a narrativa escrita. Los personajes quedan perfilados con rapidez, entras en los escenarios sin necesidad de muchas explicaciones y quedas totalmente atrapado con una trama que es como una montaña rusa.

Sí, hay más chicha debajo de esta primera capa, desde las referencias del título, esa reflexión sobre el salvajismo que nos puede remitir a obras como El corazón de las tinieblas, a juegos filosóficos y sociales que tienen mucha enjundia pasando por los mecanismos literarios del libro, que no son tan sencillos como se nos quiere hacer creer.

Podríamos incluso alabar cómo el cierre de la novela nos remite a los grandes clásicos de los western, al pulp crepuscular redirigido para un público lector más exigente, cómo la trama confluye con un toque de prestidigitación que nos recuerda que todas las piezas —las de esta trama en concreto y las del mundo en general— las teníamos delante de las narices, pero, en el fondo, no es esto lo que hace grande a Salvajes. No, incluso algunos encontrarán que el final, por preciso que sea, queda algo impostado en comparación con el desarrollo.

Salvajes es narrativa sublimada. Cruda hasta resultar cruel en ocasiones, y en otras hasta naíf. Una escalada de sensaciones y emociones que te mantiene en vilo página tras página. Brutal.

 

 OcioZero · Condiciones de uso