Un hasta siempre a Criaturas Saturnianas

Imagen de Patapalo

Un pequeño homenaje a esta revista literaria de la Asociación Aragonesa de Escritores que ha cerrado recientemente.

Me he enterado no hace mucho -tarde y mal, como me suele pasar- del cierre de Criaturas Saturnianas, la revista de la Asociación Aragonesa de Escritores de la que he extraído, en alguna ocasión, temas de debate para el foro de literatura. Sin duda es un golpe duro para los que hemos sabido extraerle el meollo, pero nos queda la satisfacción de echar la vista atrás y contemplar los nueve números (la friolera de unos cinco años de trabajo) que nos dejan a los lectores.

 

Para mí ha sido, sin duda, uno de los proyectos señeros de la Asociación Aragonesa de Escritores, una carta de presentación inigualable para los autores afincados o naturales de Aragón, pues la publicación sobrepasaba nuestras fronteras naturales. Guiada firmemente por Magdalena Lasala, la revista -casi una colección de ensayos-, ha sido un punto de encuentro a través del cual conocernos los distintos escritores al tiempo que nos dábamos a conocer; incluso los que teníamos un currículum más que modesto, como yo mismo, hemos tenido la oportunidad de brindar nuestro punto de vista, y hemos tenido la satisfacción, además, de ver reconocida nuestra aportación. No podría explicar el orgullo que sentí cuando, tras publicar en la revista mi artículo Naufragando en el mar internáutico: bienvenidos al mundo de la generación de los lectores digitales, recibí felicitaciones por el mismo. ¿Qué mayor recompensa puede esperar un miembro de una asociación como la nuestra que sentirse parte, aportando su granito de arena, de un proyecto común y con diversidad de voces?

 

A través de las páginas de Criaturas Saturnianas, titulada así en homenaje a ese gran autor aragonés que fue Ramón J. Sender, he tenido la oportunidad de conocer a estos compañeros de lides literarias lejanos geográficamente -a causa de mi "exilio" en Francia-, pero cercanos en pasiones. Gracias a sus aportaciones y al encomiable trabajo de Magdalena y su equipo de coordinación, he podido descubrir muchas cosas sobre mi tierra y su cultura, y sobre la literatura y la creación en general.

 

Reportajes, relatos, poesías, monográficos, artículos de opinión, entrevistas... Mucho material y de gran calidad ha encontrado hueco en Criaturas Saturnianas, llegando algún volumen a ocupar nada menos que cuatrocientas páginas. Muchos enfoques y muchas energías en un proyecto que ha dado vida a la asociación, que nos ha traído momentos históricos -como esa ilusión de la Expo- y también otros muy emotivos -como la entrevista concedida por Antonio Fernández Molina, publicada ya a título póstumo-. Un proyecto, en definitiva, que guiado con timón firme e infatigable, nos ha dejado un legado inestimable.

 

Por ello, quería brindar este pequeño homenaje a esa revista que me impresionó en un primer momento, pero que me ha dado tantos buenos momentos tras atreverme a abrir sus páginas. Apenas un pequeño gesto para agradecer todo el trabajo sacrificado que -todos los que hayan entrado alguna vez en el circo de las ediciones lo sabrán- supone una publicación de esta envergadura, un hasta siempre lleno de reconocimiento.

 

Un hasta siempre, no un adiós, porque ahí quedan esos nueve volúmenes de Criaturas Saturnianas para brindarnos todavía muchas buenas lecturas y para servir de ejemplo y referencia de la que aprender a aquéllos que se atrevan a seguir tomando el relevo de tan importantes iniciativas.

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