Estoy muy de acuerdo en el fondo de la cuestión, compañero, y para mí todo trabajador debería estar considerado y ser tratado de un modo digno y sostenible. El problema es que no todo el mundo tiene una visión de la literatura profesional, no ya por el nivel de ingresos, sino por el concepto: se puede considerar como una actividad artística al lado. Tampoco el modelo de negocio o de relación laboral ideal es el mismo para todos, así que las soluciones no serán las mismas.
A día de hoy, me conformaría con que hubiera más consciencia del conjunto. Que la gente eligiera un modelo u otro por conocimiento, no porque les han convencido de que las cosas son así, de que todo es igual, de que vale lo mismo, etc. El escritor y el lector -sobre todo el lector- es el que modela la literatura y el panorama editorial, pero solo si adopta un papel activo. Y me temo que a día de hoy lo de adoptar papeles activos no va mucho con el grueso de la población.
Ahora que me doy cuenta, a lo mejor parece que estoy hablando en contra de tu comentario Ángeles, pero no es así. Mil veces mejor la honestidad y la transparencia. Lo que pasa es que luego me lo llevo a nuestro terreno, desde el punto de vista del escritor que aspira a cobrar por su creación.
El rebaño del lobo