El gato sobre la cacerola de leche hirviendo

Imagen de Patapalo

Reseña de la sorprendente novela de Manuel Valera publicada por Ediciones Evohé en su colección de narrativa

 

Me compré la novela intrigado por el título y por la reseña que había escrito Nachob (y que podéis encontrar pinchando aquí), y el resultado ha sido que mi curiosidad ha quedado saciada a base de sorpresas y mis exigencias lectoras colmadas. El gato sobre la cacerola de leche hirviendo es uno de esos libros que se leen de tirón, y no sólo por su extensión, y que no dejan indiferentes.

 

El planteamiento, que se desvela desde la primera página (o desde la contraportada, para quienes las lean), es el siguiente: tenemos una novela, pero los personajes no saben lo que tienen que hacer. No es el primer ejercicio metaliterario de este tipo al que me enfrento, pero sí es de los más conseguidos. Y hay que reconocer que es bastante original.

 

La excusa planteada por Valera sirve para, paradójicamente, mostrarnos una narración puramente canónica, tanto que resulta extraña y algo perturbadora. Despojados de toda la tramoya (el escenario, el entorno social e histórico, las pautas básicas temáticas, etc.), hecho en el que se regodea el autor al aseverar que todos los géneros literarios tendrán cabida en la novela, los personajes resultan más crudos, pero no más planos. De hecho, las emociones se transmiten con inusitada fuerza, hasta el punto que el lector se queda algo perplejo.

 

Ayuda a que el experimento funcione la prosa limpia y efectiva del autor, quien demuestra dominar varios registros y, sobre todo, saber cuándo usar cada uno. Es impresionante, desde luego, cómo establece sus propias reglas para el desarrollo de la novela y cómo consigue mantener su coherencia sin por ello descuidar el avance de la trama y la carga de la narración. En cierto modo, al mirar tan profundamente dentro de lo que es la escritura, llega incluso a reinventarla de alguna manera: frases como "Una vez que sus ojos echaron a la calle a la penumbra[...]" adquieren una dimensión nueva que nos habla de la esencia, por ejemplo, de lo metafórico.

 

Como ya habrá quedado patente, El gato sobre la cacerola de leche hirviendo me ha impresionado, y mucho. No es sencillo juguetear con las tripas de una narración sin que suene forzado y sin hacer ningún estropicio. Menos aún conseguir que la historia que sirve de vehículo funcione. Valera, de algún modo, conjura magia primigenia con este libro.

 

Autor

 

Manuel Valera es juntapalabras, un oficio como cualquier otro ejercido con mayor o menor fortuna.

 

Después de conseguir no tener que volver a la Facultad de Periodismo, una vez que le dieron un papel firmado, un título, se dedicó a escribir. Ha publicado Futbolia, un ensayo sobre fútbol y filosofía, escribe habitualmente en Larevelacion.com y trabaja juntando palabras para guiones de televisión. Va a bares.

 

Sinopsis

 

Los personajes de una novela intentan labrar su destino... en dicha novela.

 

Edición

 

El gato sobre la cacerola de leche hirviendo

Manuel Valera

Ediciones Evohé, 2008

Rústica con solapas

 

Conclusión

 

El gato sobre la cacerola de leche hirviendo es una novela peculiar. Creo que su ritmo y su prosa la hacen asequible a todo tipo de lectores siempre y cuando estén dispuestos a dar el voto de confianza a la premisa de partida. Ésta es la única condición, como ocurre, en realidad, con cualquier otro libro (sólo que igual aquí resulta más patente).

 

Al mismo tiempo, creo que es una lectura muy interesante para todo aquél que esté interesado en la escritura y en la génesis de los libros. Las referencias bíblicas no son gratuitas.

 

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