Diario de un pistolero anarquista

Imagen de Óscar Bribián

Reseña de la obra de Miquel Mir publicada por Booket

En un momento de apogeo editorial en torno a la Guerra Civil española, huerto que ha dado y probablemente seguirá generando buenas y malas cosechas, siempre es grato encontrarse con libros que parecen mostrar una sincera visión de los acontecimientos. No obstante, antes de desgranar la obra, quisiera matizar que todo libro sobre una contienda bélica debe leerse con sumo cuidado, máxime si desprende un olor maniqueísta o revanchista. Dijo Orwell sobre su obra Homenaje a Cataluña, en uno de sus últimos párrafos tras una descarnada historia: “cuidado con mi parcialidad, mis errores factuales y la deformación que inevitablemente produce el que yo sólo haya podido ver una parte de los hechos. Pero cuidado también con lo mismo al leer cualquier otro libro acerca de este período de la guerra española”.

A este respecto he de matizar que a la obra de Mir se le ha acusado de carecer de una verdadera documentación, de inculpar al conjunto de los anarquistas con esta obra, cargándoles la responsabilidad de la debacle catalana en el conflicto bélico y de los trágicos sucesos ocurridos allí, para aliviar la posible responsabilidad política que pudiera haber tenido el partido al que pertenece, Esquerra Republicana de Cataluña, el cual convivió con la CNT y la FAI durante esos infaustos años.

No obstante, si se lee el libro desde cierta distancia, sin necesidad de involucrarse personalmente en él y sin tomar todos los datos por absolutamente exactos, se puede entender en cierta manera el clima revolucionario que existía en la convulsa Barcelona antes y durante la guerra, desde una perspectiva diferente a la plena objetividad ensayística y a la ficción narrativa, encontrándose testimonios muy interesantes. Así, Miquel Mir narra la historia de José, miembro de las patrullas de la FAI que protagonizaron el intenso estallido revolucionario en la capital catalana. El autor asegura que la narración le viene dada por las confidencias que le hace el ahijado del protagonista, Mauricio. Este es un anciano que en sus tiempos de adolescencia acompañó a dichas patrullas en sus múltiples registros, y oyó de boca de su padrastro las actuaciones que se llevaban a cabo y parte del ideario político anarquista.

José S., protagonista del libro, con un pasado militar en Marruecos, harto de la servidumbre obrera hacia los patronos y de la represión policial durante los años previos a la república, se afilia a la CNT (Confederación Nacional de Trabajadores) y años más tarde pasa a formar parte de los grupos de patrulleros anarquistas que requisan multitud de objetos religiosos para obtener moneda de cambio para la guerra contra los fascistas y, por ende, contra el yugo patronal y eclesiástico. Lo importante de este libro no es anunciar los primeros meses de caos y exaltación popular que se vivieron en Barcelona tras la sublevación militar. Esto no es un descubrimiento tras tantos libros que ilustran el tema. Pero sí es muy reseñable la precisión en algunas cuestiones como las visitas que realizaban algunos anarquistas a las iglesias en las semanas previas del alzamiento militar, para hacer una relación pormenorizada de todo el material que se podría incautar en caso de ser necesario para comprar armas con las que implantar el comunismo libertario. También es destacable la frialdad con que se narran los procedimientos en los registros, con ningún tipo de pudor y con absoluta crudeza, o la tarea de determinados comités de identificar y localizar a las personas contrarias a la revolución, la disposición de las cárceles o los conflictos con los comunistas y otros grupos políticos.

La segunda parte del libro lo constituye el diario del propio protagonista, con opiniones vehementes sobre la situación política y la diferencia de clases, crónica de los registros y asesinatos y anotaciones de objetos requisados y demás documentos como cartas remitidas a diversas personas y organismos.

Mir sostiene que el anciano Mauricio le hizo entrega del diario de su padrastro, como expresa así en uno de los párrafos del libro: "un cuaderno de tapas negras en el que José había escrito a lápiz y con su vacilante ortografía, ya en el exilio londinense, la crónica atroz de estos años. El diario de un patrullero de la FAI, armazón fundamental de toda esta historia y prueba indiscutible de la veracidad de todo lo que Mauricio me fue contando".

Veraz o no, desde luego resulta muy interesante leer el palpable rencor de las clases obreras hacia la burguesía y la aristocracia, tan palmario como cualquiera de los apasionados discursos que Durruti pronunciaba en sus mítines.

En definitiva, un libro que se lee con amenidad, gracias al estilo periodístico más que ensayístico, que muestra el papel que desempeñó uno de los miembros de la FAI más activos en Barcelona y el ambiente de miedo, crispación y violencia que envolvió a las diferentes gentes de la ciudad.

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