Y pese a todo...

Imagen de Patapalo

Reseña de la novela de Juan de Dios Garduño publicada por Dolmen en su Línea Z

La calidad de un libro se puede juzgar por muchos parámetros. Lo entretenido que resulta, por ejemplo, suele ser uno muy empleado. Con este baremo, Y pese a todo... se lleva un notable bien alto: es un libro que engancha y que terminas devorando en dos o tres tacadas, menos aún si tienes algo de tiempo disponible.

A mí, sin embargo, me gusta valorar los libros por su coherencia interna: en función de si consiguen transmitirme o contarme lo que parece que quieren transmitir o contar. Me cuesta valorar del mismo modo una novela histórica que una novela de, por ejemplo, fantasía heroica. No es lo mismo pillarse una novela policíaca que un libro de relatos experimentales.

Con este rasero, Y pese a todo... es una novela que al estar ubicada en la Línea Z puede defraudar a algunos lectores. Creo, no obstante, que no es difícil captar ya en los primeros capítulos que esta no va a ser una historia más sobre nuestro mundo dominado por una plaga de zombis a la que hacen frente unos aguerridos ciudadanos corrientes. Bien al contrario, el libro que nos ocupa es una novela que habla de relaciones humanas con un telón de fondo de survival horror. Es, además, una novela que rinde homenaje a las lecturas (y películas, y series) que han marcado a toda una generación y que, además, siguen siendo de una gran influencia en los creadores de mi quinta.

No puedo decir con seguridad si Stephen King es el principal homenajeado, porque desconozco en gran medida su obra (sí, soy la excepción que confirma la regla), aunque deduzco que sí. Lo que sí queda claro es el guiño a todos estos "protas" americanos que siempre saben coger el toro por los cuernos, aunque no por ello consigan resolver todo con facilidad: Juande Garduño apura la tensión como toca en este tipo de historias, y lo hace con mucha mano. El equilibrio entre resolución y agobio resulta muy acertado.

El carisma de estos personajes es una de las principales bazas de la novela. Interesan porque son gente a la que merece la pena prestar nuestra atención, tal y como ocurre en la mayor parte de los productos americanos: cercanía pero con admiración o, al menos, cierto reconocimiento. La tormentosa relación que los entrelaza, además, hace que este interés aumente y se engarza muy bien con el desarrollo de la trama.

La otra baza es el escenario, en el que incluyo las criaturas que justificarían la presencia del libro en la línea Z, aunque a mí me resultan mucho más sugerentes que los zombis al uso: se trata de aberraciones surgidas de una terrible guerra biológica que, como es natural, mantendrán en estado de sitio a los protagonistas. Además de la tensión inherente a la presencia de estas, tenemos la rudeza del clima de Maine, donde transcurre la acción. Sin adentrarse excesivamente en detalles técnicos, el autor consigue plasmar con acierto la sensación de peligro que implica vivir en un lugar semejante cuando todo se va al traste.

El punto (quizás) negativo es que la novela se apresura demasiado en algunos pasajes. El ritmo, sin duda, funciona, y el libro se devora con agrado, sin atragantarse tampoco, pero hay algunos pasajes en los que hubiera podido aprovecharse mejor la tensión para que la novela se sumergiera en el horror y se alejara algo de la novela de aventuras. Cuestión de gustos, supongo.

En cualquier caso, Y pese a todo... es una lectura recomendable para pasar un par de tardes entretenidas, reviviendo esa sensación de acción y tensión que tanto fascinó a mi generación y que tan buenos resultados sigue dando en manos de quien sabe aprovecharla.

Imagen de weiss
weiss
Desconectado
Poblador desde: 26/01/2009
Puntos: 958

Una novela redonda a juicio de servidor, muy bien atada, de ritmo bien administrado, y adictiva para leer de un tirón (o dos). Reconozco que tomé el libro con ciertas reservas: el género zombi no es santo de mi devoción, ni tenía precedentes sobre el autor que me despertasen expectativas particularmente prometedoras. Su lectura sin ambargo me resultó muy amena y estimulante. Creo que fluye magníficamente, algo -admito- para más de uno dudoso: el que busque una novela de acción zombi trepidante puede quedar defraudado. La acción rigurosamente hablando tarda en arrancar; no obstante disfruté especialmente los pasajes de calma, de esa calma que, sabes con certeza, precede a la tempestad. Ése, para mí, es uno de los puntos fuertes, la ruptura con el tópico del yanki machote de mandíbula cuadrada abriéndose paso con su recortada por entre un enjambre de babeantes muertos vivientes. La amenaza constante pero sólo intuida tiene un poder de sugestión mucho más profundo que la explícita "balacera" de las narraciones de línea "arcade".

Por ponernos quisquillosos, como puntos negativos, tendría que citar unos cuantos, no excesivamente graves pero sí algo insidiosos:

-El planteamiento geopolítico de salida: era más fácil explotar los dos o tres conflictos internacionales irresueltos -Palestina, Cachemira, Corea-, puntos calientes cuyo desbordamiento es mucho más verosímil, que esa forzada alineación de potencias que Garduño nos presenta como chispa de una III Guerra Mundial.

-Cierta desubicación sociocultural: los chipirones en su tinta y los mejillones en escabeche son conservas ignotas para la inmensa mayoría de los norteamericanos. Con lo socorridas que serían unas buenas latas de "Corned Beef"... Ojo también con los nombres propios; nunca está de más un poco de rigor a este respecto (bah, nimiedades, pero es que mi menda es muy sensible con estas cosas, sobre todo desde que leí "El juego de Ender", magna entre las magnas obras de la Sci-Fi universal, pero cuya pifiosa aparición de un personaje español de tan inconcebible nombre como "Bonzo Madrid" restó varios puntos al respeto que hoy siento por Scott Card). 

-Por último, y que valga a la vez como elogio y como crítica: la trama es formidablemente sencilla. Bien, porque facilita la redondez, lo compacto y sólido de la narración en sí. Mal porque... ¿por qué? No, no por nada, supongo que simplemente es cuestión de gustos :)

En todo caso, "Y pese a todo" es un libro muy recomendable para los amantes del terror, no ya genuinamente zombi, sino en un sentido amplio.

Espacio patrocinado por

Nocte - Asociación Española de Escritores de Terror

http://www.nocte.es/

 OcioZero · Condiciones de uso