Nekromanteia: Rituales de los muertos

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Reseña de la novela de Daniel P. Espinosa publicada por Dolmen

Esta novela, que fue finalista del Premio Minotauro, es una de las mejores novelas de terror del año pasado, y eso es mucho decir con la cosecha que hubo. Tiene en su haber tres grandes bazas: una documentación impresionante, una atmósfera que se ajusta como un guante a la temática y un planteamiento lleno de originalidad. En Nekromanteia: Rituales de los muertos hay mucha carne en el asador, y muy bien condimentada.

ParaNekromanteia Rituales de los muertos Daniel Pérez Espinosa empezar, Daniel P. Espinosa no nos abruma con el trasfondo. Aunque salta a la vista que ha buceado en la nigromancia y la magia infernal histórica, no deja que el telón de fondo de la novela se coma a la historia, sino que lo entreteje con la trama para que se convierta en una sola cosa. A través de las citas con que se abre cada capítulo y de los sucesos que implican a los protagonistas vamos descubriendo el mundo de esta particular rama de la hechicería. En ningún momento peca de academicista, sino que consigue hacer que nos sintamos testigos de los rituales de los muertos del subtítulo.

Esto repercute directamente en la atmósfera. Nekromanteia es una novela densa, con sustancia. Cuando aparecen criaturas sobrenaturales o tienen lugar los sortilegios, por explicarlo burdamente, se palpan. Resultan perturbadores, escalofriantes, descorazonadores. Además, la espiral en la que se ve sumido el protagonista baja peldaño a peldaño sin ninguna consideración. A medida que avanza la novela podemos sentir su cansancio, el desgaste, la épica siniestra que encierra codearse con este tipo de poderes. Sí, Nekromanteia es una novela densa, implacable, pero no por ello deja que su ritmo se vea perjudicado.

Esto se debe a dos factores: por un lado, la trama que nos plantea Daniel P. Espinosa es fascinante. La búsqueda del nigromante va más allá de la ambición o la pasión. Es una pulsión que refleja lo bien construido que está el protagonista. Es muy difícil sentirse identificado con él —quizás si buscáramos en un lado muy oscuro y dislocado de nuestro interior— pero, al mismo tiempo, se entienden sus motivaciones. Y queremos saber más. Y aunque en buena medida el lector va perdido, como sumido entre tinieblas —porque, claro, quién sabe cómo se resuelven las tramas sobrenaturales de verdad—, anhela el siguiente paso, el poder ver a dónde conduce el hilo de Ariadna.

Por otro lado, la prosa de Nekromanteia es fascinante. Describe con precisión y viveza, guía con el mismo acierto en las escenas de acción y las intimistas y consigue que las invocaciones y sortilegios tengan ese tuétano de las salmodias. Transmite y se amolda a los escenarios y las situaciones bordeando con elegancia el horror, sin caer en el gore gratuito a pesar de lo crudo de algunos episodios.

En definitiva, como adelantaba al principio de la reseña, una gran novela de terror. Una cita que merece mucho la pena si interesa el tema y el género. Un historia tejida a conciencia y con muy buena mano.

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