Demonios
Son malas. Nos controlan hasta tal punto que acabamos perdiendo de vista la realidad. Sus excusas y reproches nublan nuestro entendimiento, obligándonos a actuar de la manera que actuamos. El límite está cuando se niegan a obedecernos.
Violencia de género, lo llaman. Yo lo llamo justicia.
EQUIDAD
Tengo dos superiores. Uno revisa mi trabajo, la otra, mi actitud en la empresa. Los lunes, si llego con tiempo, comento con él el partido del domingo, y a ella le pregunto dónde se ha comprado esos zapatos tan estupendos. Yo, es que con todo el mundo, soy igual.
Ecos del pasado
En la biblioteca, en la sección de clásicos de la literatura francesa, La comedia humana se sacude y revuelve con ruido de cadenas cada medianoche. El bibliotecario, impotente, alega que es una cuestión de espacio, que no puede quitar la obra de Dumas de esa balda.
Vejez
Después de años de investigación, de recopilaciones, viajes y de la escritura de millones de relatos, a Gabo todos sus recuerdos le caben en una balda cada vez más pequeña de la estantería de su hijo.
Enseñanza
Lo tuve para que fuera como yo. Y lo fue: ahora sé lo mal que sabe estar esposado a la cama.
Buena esposa
Follamos por toda la casa: en el lavabo, sobre la encimera de la cocina, en la terraza… Ya en las escaleras, incómodo por la postura, le sugerí ir al dormitorio.
—No podemos. Mi marido dice que no se me ocurra meter a otro hombre en su cama.
Sin salir de la cama
Viajé a mil lugares, viví cientos de historias, conocí a los más variados personajes. Soñé. Lloré. Recordé. Deseé. Me ericé de placer y subí al cielo. Me curaron, me tumbaron, me desnudaron.Me arrebujé. Me estiré. Me acurruqué. Me escondí. Me enchufaron tubos. Me apagué…
Cuando todo se apaga
Miguel dejó desconectado a su amigo virtual y apagó, de una palmada, los cientos de leds que iluminaban la sala. Nada era comparable a aquel instante de magia: cuando el abuelo hacía aparecer de la nada una pequeña llama para encender su pipa.
Holmes
Descansaba en su mano la humeante pipa, aún caliente. En el suelo, el cadáver, ya frío, esperaba su dictamen.
Esculpiendo voluntades
Los niños aguardaban, lápiz en mano. La maestra se aclaro la voz y comenzó a dictar:
—Estudia. Madruga. Esfuerzo. Aprueba. Más. Mejor. Compite. Gana. Imponte. Trabaja. Dinero. Asciende. Gasta. Compra. Consume. GASTA. COMPRA. CONSUME…
Llegados a este bucle, toda la clase recitaba las tres palabras como un mantra.
Desconcentración
Voy a aprobar…voy a aprobar…voy a aprobar...voy a aprobar…voy a probar…voy a probar…voy a probar…voy a probar...voy a privar...voy a privar...voy a privar...voy al bar…voy al bar…voy al bar…
Al bar, iba, iba solo a ver, al principio... a ver fue una vez al bar, la siguiente fue al bar a beber, ya cada vez, cada vez iba al bar a vever, una y otra bez al var..... cada vez...cada...ver.... cadaver
Año nuevo, vida nueva
Como cada día uno de enero se propuso un cambio de vida y unos nuevos objetivos. Pero esa vez sería implacable. Ejecutó a su pasado y se preparó para un esplendoroso futuro. Lo más difícil fue enterrar su propio cadáver en el jardín.
EL MONSTRUO
Siendo niño un día su padre le contó, para infundirle miedo, que en el fondo del pozo del jardín habitaba un terrible monstruo. Sin embargo, con el tiempo descubrió que éste moraba bajo su mismo techo.
Desahuciados
Aquel pequeño chalet abandonado junto a la playa los protegería de la lluvia, del frío, de los elementos, pero por grande que fuera el respiro, nunca podrían considerarlo un auténtico techo.
Temblores
Con los primeros temblores el techo se vino abajo. A continuación vinieron los gritos y se desmoronó el edificio entero. Entre los escombros vi como los vecinos nos miraban confundidos.
–¡Mnnnnn! –exclamó ella ajena al polvo levantado.
–Has estado fantástico cariño.
HASTA EL INFINITO Y PI
Con tan solo seis años, se levantaba e iba a la cama de su madre. Allí, después de unos cuantos abrazos y besos, le preguntaba por qué la quería tanto y después le explicaba exactamente hasta dónde.
Prohibido
«Vuestros jueguecitos os traerán problemas…», ya nos decía el abuelo. Antes nos divertíamos como médico y paciente, luego como policía y delincuente, y hoy como muerta y psicópata. Y así en la montaña la he matado y enterrado. ¿Dónde? Pues no recuerdo si fue aquí o allí. ¡Grítame, tonta!
Amor de una noche
Nos conocimos y nos gustamos.
Te besé y me metiste la mano bajo la falda.
Me llevaste a tu casa y cedí a tus caricias.
Hicimos el amor y amanecimos abrazados
Me susurraste un " Te quiero" y... te creí.
Magia
Amanece, contemplas el mundo desde tu ventana. Tu mirada atraviesa el tiempo hasta los confines del viento, que conviertes en brisa. Levemente me roza, y creo entonces en la magia.
Pura magia
El prestidigitador siguió serrando a pesar de los aullidos de la muchacha. Con suma elegancia, la separó en dos partes: piernas por un lado, torso por otro. Los espectadores que llenaban el teatro aplaudieron extasiados. Por fin alguien les ofrecía aquello por lo que habían pagado la entrada.
Sin salir de la cama
Viajé a mil lugares, viví cientos de historias, conocí a los más variados personajes. Soñé. Lloré. Recordé. Deseé. Me ericé de placer y subí al cielo. Me curaron, me tumbaron, me desnudaron.Me arrebujé. Me estiré. Me acurruqué. Me escondí. Me enchufaron tubos. Me apagué…
Palabra: entrada.
Está a punto de comenzar la hora feliz.
Recordad que no debéis escribir dos micros seguidos. La hora de comienzo será la que marque el reloj de vuestros aparatos ordenadores, no la de la Web, que anda un poco chunga.
Entrada
Al otro lado
No importa el tiempo transcurrido, sean minutos o siglos. Las emociones van y vienen creando nuevas historias que hacen girar el mundo. Como un pasado olvidado que siempre regresa. Con otro rostro y otros paisajes. Sólo tenemos que cruzar el umbral de la puerta.
Recuerdos
No salían suficientes pompas de sus labios tras el bofetón que la dejó inconsciente. Tracé una equis en su trasero mientras besaba sus sienes. Cuando el perro vomitó, apagué la luz verde del bar y cerré la puerta. Era el precio de la pobreza, mi sino cruel.
COSAS DE MAMÁ
Mamá está empeñada en que soy tan cruel que deseo matarla para así poder cobrar la herencia, y amenaza con no morirse nunca. El hecho es que ella tiene ya 105, y yo 83.
Nostalgia
Llueve. Las gotas se deslizan por el cristal, lentamente, como mis lágrimas. En mi cabeza retumban sus últimas palabras arrugando mi alma. Mi mano tiembla al releer su nota. Mi corazón se rompe por no poder contestarla.
83 truenos. 42 relámpagos. Un rayo. Se ha ido la luz.
Fogoso
Me encanta el sexo, improvisar y arriesgarnos, a mi mujer también. Así que en esta semana santa de viaje con su familia, después de comer, intuí que estaría en el baño. Entré, apagué la luz y sin preguntar me desboqué perdiendo el sentido. Cuando encendí la luz… ¡Mi suegra!
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Medidas desesperadas
Metió un cartucho de dinamita dentro del libro y encendió la mecha. Tras la explosión, las letras cayeron, unas sobre otras, formando nuevas palabras. La inspiración llegaría. Por las buenas o por las malas.