Hombre afortunado
«Seguro que es dificilísimo sobrevivir a una caída como esa», pienso con una sonrisa mientras los dos lobos rodean mi destrozado cuerpo y olfatean la sangre que emana de la herida abierta de mi pierna, que deja a la vista hueso pulido.
Lo siento, apreciado Barón. Te invito a algo fuerte en la taberna.
La palabra es sonriente.