Tros de Samotracia: Sombras romanas

Imagen de Patapalo

Reseña de la tercera entrega de la saga de Talbot Mundy publicada por Panini

 

Dentro de la literatura épica hay un aspecto que, lamentablemente, se deja de lado en demasiadas ocasiones: las relaciones de poder entre distintos personajes. Da la impresión de que algunos autores se olvidan de que gran parte de la tensión argumental de estas historias viene, precisamente, de ver cómo ciertas voluntades se imponen a las adversidades que surgen en su camino para imponer su visión de las cosas, algo que se malogra si se establecen jerarquías simplonas o relaciones maniqueas.

Talbot Mundy pone de manifiesto en este Sombras romanas que él no forma parte de este grupo ni incurre en este error. El eje narrativo de este tercer volumen de Tros de Samotracia, como se puede adivinar a raíz del título, gira en torno a relaciones de poder. Por un lado tenemos, cómo no, la presión que ejerce Julio César a través de sus agentes en Britania, arco argumental que permite presentarnos a dos nuevos personajes llenos de carisma. Por otro lado, este arco narrativo se entremezcla con dos hebras igualmente importantes: el precario equilibrio en el que se encuentra el rey Caswallon, quien alberga a Tros bajo su techo, y los propios problemas que este tiene para mantener su autoridad sobre una tripulación de exprisioneros de guerra vikingos y esclavos britones.

Con estos mimbres, casi toda la narración reposa sobre los propios personajes que se presentaron a lo largo de La invasión de Britania y En alas del viento y en sus relaciones interpersonales y con los recién llegados. La tensión es continua y absorbe, y el retrato conseguido de la corte de Caswallon hace volar la imaginación. Mundy, sabedor del tipo de lectores con los que cuenta, incluye también escenas de acción muy bien engarzadas, para mantener el ritmo, y, como colofón, un solemne ritual que sirve de arranque para el cuarto volumen. Este interludio de “conspiraciones en la corte” se hace especialmente interesante dentro del marco general de la saga (a la que no cuesta mucho reengancharse, pues son libros que se leen con rapidez), pero de por sí resulta llamativo dentro de lo que se suele encontrar en novelas de aventuras. En cierto modo, emparenta con narraciones como El príncipe Valiente.

Con esta obra también tiene en común el transitar por terrenos algo ambiguos en ciertas ocasiones. Si bien Tros de Samotracia sigue siendo eminentemente realista y fiel a los escenarios históricos aun en su vertiente pulp, Mundy no ha podido evitar ciertos guiños que, por boca de sus druidas, buscan salpimentar la narración.

Finalmente, cabe señalar que la edición de Panini incluye, además, un interesante artículo sobre revistas literarias titulado La gran época de las revistas. Ellos, al igual que Mundy, también saben qué tipo de lectores disfrutamos con obras como esta y nos brindan lo que buscamos.

 OcioZero · Condiciones de uso