La taberna: donde los justeros se toman su descanso

Ah, pues eso molaría, que tengo mucha curiosidad por saber quienes son

Enhorabuena a todos. No sólo a los semifinalistas, sino a los que han tenido peor suerte desde el comienzo del juego.

Habéis conseguido que, incluso, me gusten las sortijas, a mí, que soy de llevar las manos libres de decoración más allá de la sangre que me dejan mis enemigos.

A seguir.

 Si entendí bien tendremos hora feliz esta noche y, a lo mejor, mañana, jajaja

Uy uy uy!! Que si me descuido no llego!! Desde luego, no se puede ir uno a trabajar, que cuando vuelve se encuentra esto to liao!

Muy emocionante :D

¡Uy, no, por favor! ¡Un final feliz no! 

:-)

Un observador negligente podría pensar que todo marcha bien en la taberna. Las mesas están llenas de personajes compartiendo sus bebidas: hombres, mujeres, robots, objetos parlantes, algún que otro animal y otros personajes variopintos. Pero fijaos bien... algo extraño sucede. Una tensión sorda subyace bajo la superficie, fluyendo como niebla baja de dos lugares distintos de la sala, uno a cada extremo.

En una pequeña mesa junto a la máquina de tabaco, se sienta un individuo totalmente cubierto por una toga oscura. La amplia capucha que cubre su cabeza, arroja una sombra impenetrable sobre su rostro. Con un movimiento lento, sutil, se agacha para soplar su humeante taza de café y un pequeño casquillo prendido de un cordel se escapa entre los pliegues de su túnica, colgando de la negrura que debería ser su cuello. Con delicadeza, como si tomara de la mano a una niña de dos años (ven con papá...), toma la desportillada tacita y la sumerge en la noche de sus labios, manteniendo el dedo meñique firme y erecto, apuntando directamente al otro lado de la cámara.

El punto de mira de ese dedo acusador se centra en otra mesa, ésta junto a la esquina de la barra. En ella, un pequeño chimpancé juguetea con las cáscaras de cacahuete que rodean su copa vacía, meciéndose adelante y atrás al ritmo de la música que le martillea los oídos desde sus enormes auriculares. Parece distraído, quizás incluso aturdido. O eso parece creer la chica que simula escuchar al pirata que hace de camarero.

Ella se acaricia la ceja intentando esconder la dirección de su mirada; en su mano brilla un enorme anillo con una piedra de jade labrada en forma de aceituna. ¿El objeto de su curiosidad? El legajo de papeles que reposa sobre la desvencijada silla de mimbre que agoniza junto al primate. Casi puede ver lo que está escrito en las primeras líneas, con una letra angulosa e irregular, cuando un destello metálico atrae a sus ojos. Bajo la mesa, sosteniéndola como por casualidad con un pie peludo que bien podría ser una mano, brilla una cuchilla de barbero. Su propietario niega lentamente con la cabeza, mientras ofrece una sonrisa simiesca que muestra dientes, pero no alegría.

¿Cuál de los dos silenciosos será el primero en decidirse?

 ¿Cuándo acababa el plazo? Porque me dio la impresión de que los dos contrincantes esperarán hasta el último minuto, jajaja

 Perdona por lo del nombre en minúsculas, Eselenemigo, no sé porqué tenía metido en la cabeza que se escribía así :S

El ingenio tenía que lidiar con el propio micro que se estaba escribiendo, otro posible por si cambiaba la palabra, y las respuestas y contestaciones citadas de los malentendidos de la última palabra. Emocionante...

 Opino como Raelana. Encontré la experiencia muy estresante y es difícil escribir algo bueno, coherente y sin faltas ortotipográficas bajo esas condiciones :S

¿El jurado tiene en cuenta que algunos micros se escribieron durante la hora feliz a la hora de analizar su calidad y compararlos con el resto?

Me han dado una mesa privilegiada en esta taberna para ver el duelo entre casquillos y banabas mortales, pero si sigue así el asunto voy a pagar la consumición e irme a casa a ver Los Simpsons...

En las bases de la Sortija se decía esto:

El tema central de los microrrelatos será la última palabra del microrrelato anterior. No es necesario mencionar explícitamente la palabra en el micro.
Los jueces valorarán la calidad frente a la cantidad, cuantos más relatos buenos mejor, pero como en los test del cole los relatos malos acaban penalizando. O sea, escriban mucho y bien.
 

Personalmente creo que la Hora Feliz, aunque novedosa, ha hecho más mal que bien. Si se comparan micros de los mismos autores de las justas y de la sortija, son como la noche y el día. Se han adaptado micros porque te han robado la palabra y lo que se ha hecho simplemente es adicionar en alguna parte de lo escrito la nueva palabra y "palante". Eso sumado a los relatos solapados, las confusiones sobre la palabra del tema, las prisas, los escritos que son más broma o ocurrencia que microrrelato con historia, etc... hacen que quizás tengan más posibilidades de ser finalistas los que no han escrito en la hora feliz que los que sí. Yo tengo solo dos microrrelatos, o sea que no tengo nada que hacer, pero los que han escrito veinte o treinta, la mayoría en Happy Hour tampoco sé si van a triumfar mucho... Nos hemos dejado llevar por la euforia y eso no creo que fuera el objetivo.