Offtopic: Bajo el influjo de la luna llena

Vale, segundo disparo hecho. Aunque en realidad es el primero que escribí. Lo podría haber subtitulado como «El Desechado», de no ser porque tiene un nosequé de telenovela. De las malas.

Es que no pensaba presentarlo, pero entre que sí que no, me dije: ¡que sufran un poco también, releñe, que no todo ha de ser coser y cantar!

Y sí, me pienso enredar con las microjustas. Ya veremos si a todo o solo a parte.

Patapalo, sí que es verdad que el tener que juzgar lo ajeno te ayuda bastante a aprender a juzgar lo propio. Y a entender a los jueces: ¡panzada de leer del homo lupus, narices!

Personalmente estoy sacando mucho en claro, la verdad...

Venga, me voy a poner a comentar los relatos que he leído esta semana.

Algo sobre lo que hemos hablado: muchos de los relatos sufren el síndrome de la sorpresa temática:

Síndrome de la sorpresa temática: Dícese del síndrome que aqueja a un relato basado en una sorpresa final en el que dicha sorpresa es ni más ni menos que el tema de la convocatoria (en el certamen que nos ocupa, hombres-lobo).

Estos relatos deslucen, mi opinión es que brillarían mucho más en cualquier otro concurso que no vaya de licántropos.

¡Ojo!, no tiene por qué ser malo, como siempre defiendo, en los relatos de terror la previsibilidad puede ser más pavorosa que la sorpresa. Pero cuando terminas leyendo demasiados relatos con esta característica… se produce una sinergia perjudicial.

Vuelvo a poner esto aquí para meter un enlace a este mensaje desde mis comentarios y no tener que escribirlo una y otra vez :D

En realidad, al juez que más temo es a Curro, porque no se le pasa una! Después de leer un comentario suyo piensas "esto no lo arreglan ni 10 jamones".

Por cierto, esto parece un concurso paralelo, en plan "miss simpatía", "miss fotogenia" pero con jueces. "Juez mas temido", "juez más esperado"... ;-)

Tanto hablar del síndrome me ha dado una idea para un relato. Ahora veremos si puedo escribirlo a tiempo para subirlo aquí y si además vale la pena.

Otro tema del que no hemos hablado tanto es la previsibilidad, y creo que es interesante. Muchas veces, el ser previsible puede ser una ventaja, y también otro modo de jugar con el lector. Que piense "No se atreverá", "Seguro que mete algún giro a última hora", "Es imposible que sea tan cabrón"..., y al final ¡PAM! Acaba pasando lo que se intuía desde un principio y sin embargo no lo has visto venir.

Treinta y siete relatos y subiendo... hasta la luna.

Con lo de la sorpresa temática, supongo que solo afecta a los relatos que ya estuviesen escritos ¿no? porque, la verdad, escribir uno expresamente para el certamen y hacer que se soporte en un giro  que destripa el autor por el hecho de participar, lo veo un pelín tontería, amosdigoyo 

Bueno, compañeros, ahí dejo mi último colmillo clavado en la madera. Un relato escrito en tono humorístico y desenfadado que nada tiene que ver con los otros dos que he presentado y que espero que os guste y lo disfrutéis. Como yo disfruto al escribirlos.

Dr. Ziyo, no diga lo de «colmillo clavado en la madera» que va a parecer que no mordió con acierto, cuando ya lo hizo al menos dos veces. Ésta tercera todavía no la he leído, que «mesacumulan» los aullidos literarios, pero seguro que disfrutamos todos como con las dos anteriores.

Por alusiones debo decir que me sonroja usted. El mote lo creo bien escogido, perdone que le lleve la contraria . Algún día contaré la historia —que es más sosa de lo que pueda parecer—. Por supuesto, tampoco estoy de acuerdo en que no tiene posibilidades. El relato que he leído —aún me queda el segundo suyo— me ha parecido fantástico, y así lo expresé; admirable esa facilidad para sentarse y escribir, chapó, insisto. En lo que estoy totalmente de acuerdo es en lo que se aprende en el Polidori, porque al ser abierto a comentarios, y al tomarse la gente tan en serio lo de comentar, te permite saber el estado de tu retoño y recibir sensaciones mucho más imparciales que las de la familia —e, incluso, que la de algún compañero de trabajo al que he convencido—. Vamos, un curso de literatura creativa gratis . ¡Schssss! Que no se entere nadie.

Y sí es cierto que los relatos se «queman» pero reconozco que, como soy muy poco competitivo, por no decir nada, prefiero «inmolarlos» en público y aprender, ya que los certámentes los empleo para mantener una disciplina de escritura —que no siempre funciona—.

Pues hala, lanzado mi segundo y último dardo que... eeeh espera, que eso es del concurso de aquí al lado.

Pues que doy por finalziada mi participación literaria. Ahora vamos a ver si encuentro tiempo para valorar  relatos.

Lo de quedar marcado a nivel lectores le veo poca incidencia. A lo sumo leerán este relato en este certamen unas treinta personas, tirando alto. Es mucho más limitativo que pierda su condición de inédito, para mí.

Lo del relato marcado a nivel escritor es algo en lo que nunca había pensado. Es decir, escucho todas las sugerencias, unas me convencen y otras no, pero raramente modifico el relato en base a ellas. El relato ya está terminado, para bien y para mal. Esto es un certamen peculiar, pero no es un taller. Los comentarios (y no sólo los presentados a mi relato) a mí me sirven para el futuro, para otros relatos. En el sentido de que apuntan detalles, puntos de vista o información a los que nunca había accedido o en los que no había caído.

Yo también tengo un tercer nivel de quemazón que no sé si coincidirá con el tuyo. Poco a poco se desarrolla piel gruesa pero es inevitable la vulnerabilidad de algo que se siente muy tuyo.

Patapalooooo, avisan por fb que hay cuentas sin validar esperando en el correo

Pues no sé si serán tantos, pero como ya dije el otro día, se acumulan los relatosssss.

A mí lo que me agobia no es leer, sino comentar. Me resulta difícil y a veces me tiro tanto rato para escribir un comentario que casi podría haber escrito otro relato.