El lenguaje es un juego de mentiras. Todo el mundo miente en tanto que aprende a hablar: es un hecho. Constantemente mentimos. No hablo de la mentira real, sino de la lógica, la del lenguaje.
Y de algún modo son claves para que el desasosiego, la tensión, la incertidumbre o cualquier otro sentimiento similar calen en el espectador con inusitada fuerza.
No hace mucho tiempo, la pobladora jane eyre abrió en el foro de literatura un hilo titulado “Dogmas en torno al cuento breve” en el que listaba una serie de normas a seguir en la redacción de cuentos elaborada por un grupo de escritores llamado La llave de los campos.
Sucede en el siglo XXI. Apuesto a que sucederá en el XXII. Si no nos hemos extinguido antes, claro. Artículo originalmente publicado el 2 de agosto del 2007
Breve conjunto de reflexiones sobre los concursos literarios desde la óptica de un intento de escritor profesional que ha cosechado algunos éxitos y algunos fracasos escrita un 20 de noviembre del año 2005.
El diablo... un personaje tan sugerente tenía que dejar una honda impronta en el mundo del cómic. Y ésa es la que rescato ahora de mi memoria, la que sus caprichos han hecho quedar como la más vívida en mi imaginario.
Seguro que os lo habéis planteado alguna vez: ¿qué oscuro motor hace que nos fascinen las películas de catástrofes hasta el punto de que sean casi un género propio -y popular-? Divaguemos un poco sobre ello.