Batalla perdida
La piel se me enrojece por el abrasador calor. Mis ojos ya no funcionan, pero siento como mis camaradas sucumben al infierno. Sus gritos de desesperación resuenan entre el burbujeo. Ya ni siquiera siento dolor, sólo espero el final.
Mal día para ser un maldito crustáceo.
¿Aliens?
El pulgar y el índice de la niña, como pinzas de un cangrejo, atenazaron el extraño ser. Lo llevó ante su padre, que tomaba el sol en la arena. Él lo lanzó a la papelera y le explicó que aquello era fruto de la pasión nocturna en la playa.
Ilusiones
A lo lejos, ven las palmeras cargadas de cocos. Llevan días persiguiendo aquel espejismo. Desde la inundación, nadan, acicateados por sus últimas fuerzas, en busca de una playa imaginaria que se hundió en el mar.
Canal youtube
La botella llegó al amanecer. El náufrago, ávido de cualquier novedad que llegara del exterior de la isla, la recogió con premura. Dentro, una fragata y un galeón, mantenían una batalla naval encarnizada. Sólo cuando se apagó la luz la devolvió al mar hacia su próximo destino.
Canal youtube
La botella llegó al amanecer. El náufrago, ávido de cualquier novedad que llegara del exterior de la isla, la recogió con premura. Dentro, una fragata y un galeón, mantenían una batalla naval encarnizada. Sólo cuando se apagó la luz la devolvió al mar hacia su próximo destino.
Hermanos
Siempre pensé que mi hermano gemelo había recibido lo mejor; los mejores cuidados, una mayor inteligencia, mejores aptitudes físicas. Como si su grandeza estuviera predestinada.
Supongo que por eso cuando lo maté y todos pensaron que era yo, no los saqué de su error.
Boda
Le prometí que si me dejaba ganar a polis y ladrones, sería mi esposa. Así que aquí estamos ante Juanpi que en lugar de decirnos “Cogeos las manos…”, se hurga la nariz. Debí conseguir otro sacerdote. Ella me mira enfadada y yo, solo quiero quitarme la pajarita de papel.
Epílogo
Estas líneas soportan la carga de cerrar miles de páginas. Litros de sangre, transubstanciada en tinta con la esperanza del milagro último. Mis años han sido un drenaje constante hacia el papel, y en él sueño vivir eternamente. Es justo que, con este trazo, oiga venir la muerte.
El peso del papel
Ante él reflexiono sobre lo efímero e insustancial de la vida. ¿Un garabato de mi puño traerá la paz al alma de ambas familia? Sin más, accedo a firmar la sentencia de muerte. Todos descansaremos.
OPERACIÓN
Escuché las palabras que más temía. Deberíamos tomarnos un descanso, me dijo. ¿Qué podía hacer? Accedí a su deseo. Durante dos semanas, nos ignoramos mutuamente, mirando uno a la derecha y otro a la izquierda mientras esperábamos que llegara el día de la operación que nos separaría definitivamente.
Soberanía
Primero nos quitaron Islas Filipinas. Luego desapareció el Congo y hoy se han llevado Madagascar. Segurísimo, Mamá. Definitivamente son las gemelas que nos están intentando robar el puzzle del mundo pieza por pieza, así que no las vuelvas a invitar a merendar a casa.
Inadaptado
Observo con detenimiento el viejo y ajado contenedor de mi calle. Necesita una limpieza a fondo, pero es de los pocos que no están rotos.
Un grupo de jóvenes se acerca a él y lanzan una bolsa chorreante a su interior. Otra noche que dormiré sobre mojado.
Compañeros de calle
Observo al perro abandonado. Empapado por la lluvia y esquelético, parece un trapo sucio con cuatro patas. Sus ojos me inspiran una lástima infinita. Me digo a mí mismo que tendría que hacer algo por él. Al final, le hago un hueco entre los cartones.
Titiritero
Da la última pincelada sobre los cartones. Contempla su obra: es perfecto. Coge al príncipe y lo coloca al lado de la princesa. Mañana hará lo mismo. Ningún príncipe es lo bastante bueno para ella.
Votos de fidelidad
Sir William superó el lago de azufre, el cerco de espinas y al dragón. Todo para toparse con Ella, dormida y con las piernas entreabiertas a la espera de su príncipe. Como era un caballero, antes prefiero renunciar a la recompensa que traicionar a su fiel escudero.
La oportunidad
El escudero vio caer a su señor con mezcla de congoja y rebeldía. ¿Tendría al fin su oportunidad?
Se irguió, corrió como un poseso y alcanzó el Gran Estandarte. Pero al alzar la testa, la sombra imponente de Sir Richard nubló su vista y segó su cabeza
Síntomas
Primero le flaquearon las piernas; luego llegó el temblor de manos, más ostensible en la derecha. Cada noche, dormía menos. Cuando empezó a mover la cabeza de un lado al otro sin poderla controlar, supo que tendría que tomar medidas: cambiar la cerradura, comprar un perro guardián, poner una alarma…
Estado de excepción
Los niños siguen jugando en las aceras, algunos vecinos cuchichean desde las ventanas, nadie abandona las terrazas de los cafetines a pesar del bombardeo. Hace ya tiempo que nadie levanta la mirada, que nadie hace caso a las alarmas, en la ciudad fantasma.
Inaceptable
No quiero que te vean sin tu sonrisa de leche y tu flequillo despeinado. Este fantasma blanco no eres tú. Porque tú solo cierras los ojos para dormir, y nunca te duermes sin mi cuento. Les explico que ha habido una confusión, que no has muerto. No me creen.
FABULAS
Blanca siempre contaba el mismo cuento a sus hijas. Una joven que vivía aventuras increíbles en un mundo fantástico de casas altas como torres, carros que andaban sin caballos, luz mágica en cada rincón. Ese mundo no existe, protestaban las niñas incrédulas. Era mi hogar, contestaba Blanca, lo era
En un instante
Era suave. Era tierno. Era húmedo. Así era el beso que me dio, que me cogió de sorpresa, con la guardia baja a mitad de un porqué. En un instante todo había cambiado, había dejado de ser mi amigo para siempre. Era una nueva historia.
Repaso
Menos mal que tienen motes casi todos, ayuda a recordarlos. Más difícil es ponerles fechas. Porque no les llega con nacer, quedarse huérfanos, pelearse por la herencia… No, incluso se mueren, y cada uno en el siglo que le da la gana. ¡Odio la Historia! Y el examen, mañana.
Sin futuro
Leyó de nuevo aquella frase de la carta. “Lo siento, pero hoy no puedo ir. Tal vez otro día pueda acudir a visitarte”.
“Sí, claro, quizá otro día, ¿por qué no?”, pensó irónico mientras escuchaba los pasos de los guardias que iban a llevarlo hacia su inyección letal.
Pulgar abajo
Ganó infinidad de combates. Era el campeón indiscutible. Pero el tiempo y las heridas viejas minaban su habilidad y fuerza en el combate. El público aplaudió su entrada en la arena. Tres tigres y dos oponentes con tridentes y redes le brindarían un retiro mortal.
Señales
No me gusta la gente que no presta atención a las advertencias.
Mira mi librea. Negra y amarilla. Nada sutil, ¿no es verdad? Hasta un estúpido escarabajo se daría cuenta.
Pues aquel cachorro humano se emperro en jugar conmigo.
Y ahora vienen los llantos.
Nana
Mece entre caricias a su pequeño, un pedazo de su alma hecho carne. Le ha vaciado el pecho, le ha llenado la cara con una sonrisa. Canta una canción para dormirlo, antes de que mañana la abandone para irse con otra mujer.
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PUERTAS
Primero hubo una confesión. Siempre la hay en estos casos. Después, sus ojos, encarnados por la ira acumulada, me dijeron “no puedes pasar” y cerró la puerta. Me senté en el suelo, esperando con paciencia a que su mirada volviera a ser verde y cálida. Aún sigo esperando