Después de cerca de nueve meses de estudios, por fin he podido volver a la lectura por placer (y no solo para aprobar exámenes). Ayer empecé "Guy Mannering" de Walter Scott, que tras un prólogo bastante indigesto (de más de 20 páginas) da paso a una historia de lenguaje un tanto recargado para mi gusto y con una cierta saturación de notas a pie de página (3 a 4 por página) sobre las aventuras de un viajero que no consigue encontrar un pueblo y termina haciendo noche en la casa de una especie de noble rural. Sin disgustarme, no me está terminando de atrapar.
Es que el señor Scott es denso cuando se pone... En versión original la fiesta se complica más todavía con algunos diálogos en transcripciones escocesas. Aun así, es un autor que me atrae sobremanera. Terminaré hincándole el diente a alguna de sus fosquerías.
Sir Walter Scott es un clásico entre los clásicos y es un pecado no haberlo leído cuando tocaba, que es cuando uno se traga cualquier cosa densa mientras hayan espadas. Ivanhoe es una de las primeras novelas que leí en mi vida, allá por mis 8 o años, y no se si ahora la aguantaría. Bueno, sí. Como a Obelix, me encantan las historias de amor que acaban bien :) De él he leído esta que citas, Ivanhoe, Rob Roy, El Pirata y Quintin Duward. Su estilo es muy romántico, y las descripciones a veces pesan bastante. Y aunque sea considerado el padre de la literatura histórica, podríamos decir que es también el padre de la literatura romántica. Su prosa es exquisita, y la riqueza de su vocabulario inmensa, pero así como hay escritores de su estilo y época que tienen un estilo fluído, no es su caso. como bien dice el Capi, es denso, muy denso. De todas formas, has ido a emprenderla con una de las más desafortunadas que tiene, quizá porque es una de sus primeras novelas y no había adquirido la soltura que encontramos en obras más posteriores.
Al final pude terminarlo (pero reconozco que me quedé dormido más de una vez durante el empeño). Con todo la historia aunque da pocas (o ninguna sorpresa) supongo que en su época el tema no estaría tan visto, al final me ha llegado a atrapar y tiene algunos personajes muy interesantes, aunque tarda horrores en arrancar y a veces se empantana cosa mala en descripciones de situaciones y personajes que tampoco son tan importantes para lo que se está contando.
Ahora toca lectura más ligera jejejejeje.
Después de cerca de nueve meses de estudios, por fin he podido volver a la lectura por placer (y no solo para aprobar exámenes). Ayer empecé "Guy Mannering" de Walter Scott, que tras un prólogo bastante indigesto (de más de 20 páginas) da paso a una historia de lenguaje un tanto recargado para mi gusto y con una cierta saturación de notas a pie de página (3 a 4 por página) sobre las aventuras de un viajero que no consigue encontrar un pueblo y termina haciendo noche en la casa de una especie de noble rural. Sin disgustarme, no me está terminando de atrapar.
Es que el señor Scott es denso cuando se pone... En versión original la fiesta se complica más todavía con algunos diálogos en transcripciones escocesas. Aun así, es un autor que me atrae sobremanera. Terminaré hincándole el diente a alguna de sus fosquerías.
Sir Walter Scott es un clásico entre los clásicos y es un pecado no haberlo leído cuando tocaba, que es cuando uno se traga cualquier cosa densa mientras hayan espadas. Ivanhoe es una de las primeras novelas que leí en mi vida, allá por mis 8 o años, y no se si ahora la aguantaría. Bueno, sí. Como a Obelix, me encantan las historias de amor que acaban bien :) De él he leído esta que citas, Ivanhoe, Rob Roy, El Pirata y Quintin Duward. Su estilo es muy romántico, y las descripciones a veces pesan bastante. Y aunque sea considerado el padre de la literatura histórica, podríamos decir que es también el padre de la literatura romántica. Su prosa es exquisita, y la riqueza de su vocabulario inmensa, pero así como hay escritores de su estilo y época que tienen un estilo fluído, no es su caso. como bien dice el Capi, es denso, muy denso. De todas formas, has ido a emprenderla con una de las más desafortunadas que tiene, quizá porque es una de sus primeras novelas y no había adquirido la soltura que encontramos en obras más posteriores.
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