Única
Las mujeres acudían a él, como abejas a la miel. Caían una tras otra. Pero ella era una especie diferente; una libélula capaz de mantenerse en equilibrio en el aire. Por eso le vio venir. Se reprochó no haber sido agua limpia; tal vez entonces, ella se hubiera acercado.
¡Auxilio!
El chico-globo corre calle abajo, suplicando por un golpe de viento que se lo lleve. A sus espaldas, y cada vez más cerca, tiene a la niña-alfiler, loca de amor, ansiando darle un fuerte achuchón.
Buen amigo
Jamás hubiera esperado de él aquel gesto, justo cuando más lo necesitaba. Entre sus brazos encontró, desde entonces y para siempre, lo que jamás había tenido: un cálido refugio.
Ave María Purísima
Las hermanitas del Perpetuo Socorro y el Santo Refugio me acogieron con absoluta discreción. Yo sería a cambio el jergón de sus expiaciones, su banco de penitencia, el potro de tortura donde liberar sus más voluptuosas pasiones antes de bajar a encontrarse en paz con Dios.
Núcleo incandescente
Cuando Dios se marchó, el Sol se apagó y la Tierra dejó de girar. Pero, curiosamente, el planeta siguió siendo un lugar cálido. Nadie preguntó nunca quién era el nuevo gestor, y a dónde iban aquellas almas abandonadas
Decadencia
No éramos más que dos almas abandonadas que se encuentran. Tú de visillos raídos y techos altos. Yo de luz a raudales y cristales rotos. Solo acertamos a ser un crujido de madera vieja que cede al peso y cae para siempre.
Siempre
Era tu palabra comodín: «siempre estaré a tu lado, siempre hay una solución, siempre me haces sonreír, siempre habrá un nosotros, siempre…». Me sentía seguro escuchándote usarla una y otra vez. Siempre. Excepto aquella noche. Dejaste un mensaje en mi buzón y, al pronunciarla, equivocaste mi nombre.
Su dulce nombre
Pensaba que mientras recitara su nombre como un mantra no podía pasarle nada malo, y se golpeó en el saliente de un andamio. Aunque acolchado, el hierro lo tiró como un saco. Tanteando a su alrededor en la aterradora oscuridad, buscó en vano su bastón de ciego.
Encargo
Había que quitarla de en medio. Era la única que lo había visto en la escena del crimen. Quiso el destino que, la noche que se coló en la casa de la muchacha, descubriera la colección de libros en braille un instante después de que todo acabara.
Inercia
Pero, esta vez, la piedra se rompió en mil pedazos. Todo había terminado, era libre. Desconcertado, Sísifo marchó a la ciudad más cercana y se buscó un trabajo.
Escrupuloso
Aunque era muy limpio y nunca se manchaba, siempre que despachaba a alguien, se lavaba después las manos, y lo hacía como había que hacerlo, usando invariablemente una nueva pastilla de jabón. Da igual el trabajo que uno haga, pensaba, lo importante es hacerlo bien.
Primera vez
Con la solapa de la gabardina subida y el sombrero calado hasta los ojos, nos esperaba la tentación al doblar de cada esquina. Discreta pero tenaz; aprovechando el anonimato que le brindaban las sombras del ocaso. Tanto insistió que en el último callejón nos besamos. Hicimos bien.
Tradiciones
Estaba bien que nos quisiéramos. Estaba bien que tú estuvieras casado, aún más que yo lo respetara. Pero sin duda era mucho desatarnos una vez al año en aquel hotel de las afueras.
Relatividad
Antes vivía en las afueras de la capital: tardaba dos horas en desplazarme al trabajo, cerca del centro. Cuando ya instalado en mi idílica casa de campo, cogía el coche para ir a comprar al pueblo cercano y mis vecinos me tomaban por loco, me entraba la risa floja.
La barandilla
Se había convertido en un cero a la izquierda en su matrimonio. Él no la odiaba, aunque sabía que ella estaba deseando perderle de vista. Cuando la vio asomarse al balcón, estuvo a punto de decirle que tuviera cuidado. Pero qué más daba, ella nunca le escuchaba.
Mundanal ruido
Cuando el astronauta regresó a la Tierra después de pasar los últimos diez años en la estación espacial, acudió a un otorrino para que le extirpara los tímpanos.
Superdotado
Podía escuchar cómo crecía la hierba, cómo se movían las nubes, cómo crepitaba su piel ante el calor del sol.
Aquel día, cuando llegó a casa, sonreía sin parar, como un bobo, mirando a su esposa.
–¿Qué? –le inquirió ella, nerviosa.
Podía escuchar cuatro latidos saliendo de su interior.
Huesos de cristal
Intentaba disimular que no era como los demás y aunque no saltaba, no corría ni hacía deporte, contaba cuentos alucinantes e inventaba juegos maravillosos. Solo Luci conocía su secreto y es que David era, según decía su abuela, como los ratones: por dentro no tenía esqueleto.
El clavo
No había quedado clara la causa de su muerte.Tras las últimas pesquisas de la policía, el juez ordenó la exhumación del cadáver. La calavera calva tenía la clave.
Inténtalo al amanecer
Todas las noches busco tus clavijas con besos en la nuca, caricias en tu espalda, yo dentro de ti. Intento dar con el tono adecuado, pero solo consego gemidos desafinados. Tu clave es de sol.
Promesas incumplidas
Te prometí el sol, pero solo pude conseguirte la luna partida en mil pedazos, entre la arrugada chapa de nuestro flamante Ford Mustang.
Deportivo venido a menos
Primero me quitaron el espejo retrovisor izquierdo, luego el derecho, los cuatro tapacubos, los limpiaparabrisas, por último la matrícula, delante y detrás. Y eso que duermo en el coche, si no ya me lo habrían destrozado.
Erizos
Entre insulto e insulto, nos besamos, nos mordemos, nos pegamos y follamos como animales sobre el sofá hasta destrozarlo. Luego, salimos a la calle llenos de astillas. Y cuando nos quieren acariciar, pinchamos.
Lo que de verdad sucedió
Cuando despertó y vio cómo había acabado el cuento, solo quiso volver a pincharse con la rueca.
"Por el interés te quiero, Andrés"
La hija del molinero aceptó entregar su futuro hijo a Rumpelstiltskin. A cambio, él hilaría la paja hasta convertirla en oro. El rey no daba crédito cuando vio que la chica escapaba, con la rueca bajo el brazo, preñada por el enano.
Justicia universal
El día que aquel demente entró en el instituto y empezó a disparar en los pecho de sus víctimas, Juan "El enano" pensó que por fin le tocaba a él reirse de la altura de los demás.
Como aún no he logrado cazar al Correcaminos, qué mala suerte, me gustaría que me ayudaseis, haciendo uso del punto 7 de las bases, os diré mi superstición:
- Hoy, día 13 de Marzo, desde las 01:00 h. hasta las 23:59 h., todos los micros presentados en la Sortija, deben incluir al menos una vez la palabra "cazar". Podrá estar tanto en el título como formando parte del micro.
- El resto de normas serán las usuales (50 palabras máximo, tema del micro: la palabra con la que termina el anterior, sólo un micro por día cada justero).
-Los micros que no la incluyan, no serán eliminados, pero los jueces no los tendremos en cuenta de cara a la elección final del ganador.
¡¡Venga a cazar!!
Palabra: demás.
Avaricia
Miraba desesperado la manada desde los matojos: odiaba salir a cazar y tener que escoger solo una presa prescindiendo de las demás. Pero solo tenía una lanza.
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Error
“¡Achús!”, se escuchó por tercera vez.
–Es suficiente –dijo mamá–. Vamos al médico. Deja tus juguetes.
El niño salió por la puerta protestando. En el suelo de la habitación, el playmobil vikingo miró enfadado al madelman.
–¡Te dije que no entraras con él en la bañera! –le reprochó.
¡Cómeme!