Relato

Los niños de Semipalatinks

Imagen de Félix Royo

Más de 500 bombas nucleares cayeron sobre Семипалатинск.

Craso error

Imagen de virgensuicida

Pasarse de parada era un riesgo que ella corría a diario. La visión de las miradas vacías de los otros, con sus ediciones de bolsillo de Twilight y sus cabezadas eran sólo el último recurso, en caso de no encontrar asiento junto a la ventanilla.

Lagunas

Imagen de Félix Royo

Sólo recuerdo pequeños fragmentos entre las lagunas de mi memoria. Se había desencadenado un gran ciclón, una masa de aire que cambiaba rápidamente de presión, una ciclogénesis explosiva creo que la llaman, la Tormenta perfecta.

Pasión por los monstruos

Imagen de Léolo

Toma carrerilla y catapulta el brazo con fuerza, liberando su furia infantil en aquella piedra que corta el aire y va a estrellarse contra una roca pelada, a más de treinta metros de distancia de la cabeza del monstruo.

Cloony

Imagen de Nachob

Sé que el cuatro de marzo murió mucha gente en el mundo. Gente de esa que se supone importante, aunque a la hora de la verdad, todos seamos iguales. Otra, más anónima, pero que igualmente dejaría dolor tras su partida.

Celda

Imagen de Félix Royo

Desperté en una habitación oscura. Tal vez suene muy típico pero me di cuenta, desde aquel momento en el que abrí los ojos, de que no me encontraba en mi cama. De hecho, no yacía envuelto en sábanas ni sobre el blando colchón de mi lecho.

La fábrica

Imagen de Nachob

Una fábula sobre la soberbia

Basado en sueños reales

Imagen de Félix Royo

Abrí los ojos a la inmensidad de la oscuridad. Toda sombra de somnolencia cayó de la cama al volverme entre las sábanas y dilatar las negras pupilas ante el vacío cósmico de la habitación.

Deseando amar

Imagen de palabras

Estimado, Fabián.

Como ves no he tardado en responder, aunque mentiría si te dijera que lo tengo claro. Supongo que estarás al tanto de mi situación. Este barrio tiene mucho de pueblo.

El flautista

Imagen de Félix Royo

...una vez en una aldea cualquiera, de aquellas de antaño, desposeídas de electricidad y de agua caliente; más auténtica si era, además, una de esas construidas en plena sierra, bajo el abrigo de un bosque al que se lo tragó el paso de los siglos, dejando en su lugar una calva: solar infernal en verano y quebradiza corteza helada bajo los vientos invernales.

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