«Hace días que llueve a cántaros. Y la gata se comió el último grillo que nos mantenía despiertos.
Antes de nada explicar que mi experiencia en esto de los microcuentos es prácticamente nula, yo soy más de hacer relatos largos, y los pocos micros que había hecho antes de dejarme caer por aquí raramente bajaban de las 100 palabras, aun así daré mi opinión: creo que hay una gran diferencia entre los micros que cuentan una historia más o menos cerrada (como el de la sopa) y los nanocuentos que sugieren una historia en poco menos de veinte palabras (como el de la gata y el grillo o el famoso “El dinosaurio” de Monterroso). Estos últimos sugieren más de lo que explican, y dejan que sea el lector el que “añada” los elementos que faltan. Esto hace que dependiendo del lector (en el caso de un concurso, el juez) y de la imaginación que quiera echarle, el microcuento gane o pierda calidad e interés. Quiero decir con esto que ese tipo de cuentos son muy subjetivos, tanto en contenido como en calidad, como prueba de ello tenemos las opiniones de algunos de los foreros que se han expresado al respecto, totalmente contrapuestas.
En la calle no hace ni frío ni calor. El termómetro marca 0*.
Jeje, le he hecho esa broma a mi mujer tantas veces que ya me mira raro...